Al mes, para su manutención, se destinaba un monto bruto de 205,122 pesos, el equivalente a la percepción de un secretario de Estado. Así, al año, desde 1987 y si se considera la inflación en los ochenta del siglo XX, el político priista recibió 2.4 millones de pesos en promedio al año. Parte de ese dinero cubría un seguro de vida y otro de gastos médicos mayores.
En cuanto a sus 17 empleados, entre todos (con diferentes salarios) tuvieron 2.8 millones de pesos.
Con sus 100 años cumplidos, Echeverría Álvarez es el protagonista más longevo de la vida pública nacional y la personificación de las paradojas del sistema que durante 71 años gobernó en México a través del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Fue él mismo quien ordenó en 1976, mediante el acuerdo 7637, la asignación para los expresidentes de empleados administrativos pagados por el erario; además de elementos de las fuerzas armadas para su seguridad.
11 años después, Miguel de la Madrid Hurtado, quien fue presidente de México de 1982 a 1988, añadió otro beneficio a la prestación. Mediante otro acuerdo estableció que los ciudadanos que se desempeñaron como ejecutivos federales tenían derecho a una pensión equivalente al salario de un secretario de Estado.
Consulta los acuerdos aquí: http://www.sisi.org.mx/jspsi/documentos/2008/seguimiento/02100/0210000018008_055.doc
La anulación de esa prestación con el fin de ahorrar recursos fue uno de los ofrecimientos de campaña más conocidos de Andrés Manuel López Obrador. Al llegar a la Presidencia, en el primer mes de su gobierno, envió la iniciativa al Congreso para erradicarla.