Pese a las criticas que ha recibido por parte del presidente, Raúl Olmos siente "satisfacción" porque, más allá de los dichos, tras cada explicación se ha dado una confirmación sobre su investigación e, incluso, otras alertas, como fue el caso de Daniel Chávez, de Grupo Vidanta, pues la aclaración del empleo de López Beltrán estuvo acompañada de otro posible conflicto de interés.
“En el afán de denostar el trabajo periodístico, lo que han venido haciendo los involucrados ha sido confirmar datos, la primera confirmación fue la existencia de esa empresa de la que hablo, la segunda confirmación fue la empresa de Carolyn Adams, la sociedad de negocios que ella reconoció que estableció con un contratista de Pemex, la tercera confirmación, más bien revelación, es que no solamente había una cercanía a nivel empresarial sino una cercanía de amistad y compadrazgo”, señala.
Raúl Olmos sostiene que las operaciones oscuras no son una novedad en el ámbito cercano al presidente, pues están desde muchos años antes cuando se financiaban las campañas electorales del presidente de la República, incluso antes de que se existiera Morena.
“Gran parte de personajes que maniobraron esas operaciones oscuras ahora están incrustados en el gobierno, están instalados en posiciones claves, entre ellos el director de Pemex (Octavio Oropeza), por su puesto, entre ellos, el secretario particular Alejandro Esquer, entre ellos, la encargada de Finanzas de la presidencia de la República. Muchos personajes que en su momento operaron en maniobras oscuras en Morena, que con recursos de procedencia desconocida, sospechosa, pues ahora están en la presidencia de la república y brotan ahora como personajes importantes en esta historia que cuento en el libro”, menciona al insistir que “La Casa Gris” es una historia inacabada con muchos hilos aún por rastrear.