La semana pasada, el Instituto Nacional Electoral (INE) abrió una investigación sobre el presunto financiamiento irregular que habría tenido el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las campañas de Campeche en 2021, caso detonado a raíz de los audios filtrados en los que el líder de ese partido, Alejandro Moreno Cárdenas, admitió el “pase de charola” con empresarios.
En el primer audio filtrado, el priista aludió el supuesto pago de 5 millones de dólares al estratega electoral español Antonio Solá para campañas durante el proceso electoral de 2021 en Campeche, entidad que gobernó Moreno Cárdenas y ganó Sansores.
En la segunda grabación, el líder tricolor presuntamente habla de aportaciones privadas al PRI por 25 millones de pesos de la empresa Cinépolis –firma que negó rotundamente esos donativos-, y en la tercera, difundida el martes 24 de mayo, se revelaron expresiones que el líder del tricolor habría realizado en contra de periodistas.
“A los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre”, se escuchó presuntamente decir a Moreno Cárdenas, también diputado federal, quien rechazó haber realizado esas expresiones que desataron la polémica.
Fue a raíz de este último audio que el dirigente del PRI salió a defenderse pues, aseguró, sí hay espionaje en su contra, pero los audios fueron “truqueados” con el objetivo de minar la alianza electoral del PRI, Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).