Para 1988, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llevaba más de 50 años gobernando México, el presidente saliente de ese año era Miguel de Madrid Hurtado y su sucesor, Carlos Salinas de Gortari. El registro gráfico muestra a estos dos actores de la política mexicana durante la toma de protesta de Salinas en lo que serían unas de las elecciones más controvertidas de la historia del país y el antecedente para la creación de una institución electoral autónoma que regulara los comicios en México.
El ascenso de Salinas al poder y sus repercusiones para la democracia en México
De la Madrid Hurtado: el antecedente al gobierno de Salinas
Miguel de la Madrid Hurtado fue seleccionado para ocupar la silla presidencial por su antecesor, José López Portillo, bajo lo que ahora se conoce como “dedazo”, una práctica que implicaba la designación del candidato a la sucesión por el mandatario saliente.
De la Madrid obtuvo la victoria con el 74.3% de los comicios y ocupó la presidencia de México de 1982 a 1988. En ese momento el país pasaba por una recesión económica, por lo que el mandatario implementó de un plan anticrisis de diez puntos, el cual básicamente consistía en recortes al gasto público, inversiones selectivas en actividades productivas y creadoras de empleo, alzas en los tipos de interés y eliminación de subvenciones a productos de la canasta básica.
Cuando llegó la mitad del mandato, se suscitó el terremoto de 1985 y una de las decisiones del gobierno más criticadas fue la de rechazar los ofrecimientos de ayuda internacionales, pues a decir del entonces presidente, el país contaba con medios suficientes para las labores de rescate y desescombro.
Un año antes de que terminara la gestión de Miguel de la Madrid, se suscribió un Pacto de Solidaridad Económica (PSE), que se convertiría en uno de los emblemas de la administración sucesora.
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Elecciones de 1988: La controversia que impulsó la creación del IFE
El posicionamiento del Revolucionario Institucional como el partido favorito de México fue puesto en tela de juicio rumbo a las elecciones de 1988, una de las más controvertidas y cuestionadas en el país y que quedaron registradas en el colectivo como el año en que “se cayó el sistema”.
Para 1987, México llevaba más de 10 años sumido en la inestabilidad económica; el panorama de incertidumbre, de alguna manera también se reflejaba en las elecciones que se avecinaban, pues por primera vez había un candidato de oposición que podía significar competencia para el PRI: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
En 1988, no existía un organismo independiente del gobierno que organizara las elecciones, por lo que el conteo de los votos estuvo a cargo de la Comisión Federal Electoral. La noche de las elecciones, el sistema de cómputo que atendía los datos del ejercicio “se cayó”. Aunque el ambiente político y la opinión pública proyectaba una inclinación hacia Cárdenas, cuando el sistema se restableció, la victoria fue otorgada a Salinas de Gortari, con el 50% de los votos, 31% para Cuauhtémoc Cárdenas y 17% para Manuel Jesús Clouthier.
Este panorama fue el antecedente para que el Congreso de la Unión reformara la ley y expidiera el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales que mandataba la creación del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), una institución imparcial, cuyo objetivo era dotar de certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales.
El 11 de octubre de 1990, el IFE se constituyó oficialmente, con lo que se sentaron las bases de las elecciones como las conocemos hoy en día.
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Actualmente, el INE podría verse sometido a un cambio más, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una propuesta de reforma electoral con la que sugiere transformar al organismo en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, eliminar los plurinominales, desaparecer los Organismos Públicos Locales y reducir el financiamiento a partidos políticos.
El PRI pierde un terreno
Un año después de que Salinas fuera presidente, el PRI perdió por primera vez una gubernatura: Baja California contra el PAN. En ese momento, el presidente del PRI en México era Luis Donaldo Colosio, quien en 1993 sería revelado como el candidato presidencial del tricolor y cuyo desenlace luego de ser asesinado en 1994 aun es un misterio con cabos sueltos.
El panorama también estaba acompañado del disgusto de la población con el gobierno de Salinas por decisiones como la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) y la privatización de la banca en México.
Aunque luego de Salinas habría un presidente más del PRI, Ernesto Zedillo, algunos de los antecedentes que se asentaron en su gobierno, aunado a la crisis económica de 1994 y la activación del Fobaproa en 1995, hicieron del de Zedillo, el último gobierno al hilo liderado por el tricolor.