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La historia tras el último adiós a Colosio

El último adiós a Colosio Murrieta se llevó a cabo en la sede nacional del PRI, sólo unos días después, Ernesto Zedillo fue nombrando como su sustituto en la carrera presidencial de 1994.
vie 08 abril 2022 06:00 AM
Muerte y funeral de Luis Donaldo Colosio Murrieta en la sede nacional del PRI, 1994
En la imagen, Ernesto Zedillo Ponce de León y Fernando Ortiz, montan una guardia de honor, junto al féretro de Luis Donaldo Colosio.

El 23 de marzo de 1994, el candidato a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Tijuana, Baja California durante un acto proselitista. Días después de su muerte, Ernesto Zedillo Ponce de León fue destapado como el nuevo candidato del partido en la carrera presidencial.

En la foto se puede ver a Zedillo Ponce y Fernando Ortiz Arana montar guardia junto al féretro de Colosio. Esta es la historia tras la imagen.

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Los antecedentes

Luis Donaldo Colosio Murrieta fue presidente del PRI. Antes de su gestión al frente del partido, el Revolucionario Institucional no sólo había liderado desde la silla presidencial, el país se pintaba con gobernadores del tricolor; sin embargo, eso cambió en 1989, cuando Baja California pasó a ser gobernado por Ernesto Ruffo Appel, candidato del Partido Acción Nacional (PAN).

Un par de años después, en 1993, Colosio fue seleccionado por su partido como presidenciable. En ese momento, el Ejecutivo del país estaba a cargo de Carlos Salinas de Gortari.

Que el PRI haya perdido la gubernatura de un estado fue importante en el discurso que Colosio hizo el 6 de marzo de 1994. En él, mencionaba que ya existía la competencia y que el PRI no tenía los triunfos asegurados.

“Como un partido en competencia, el PRI hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos y tiene que asumir que en la democracia sólo la victoria nos dará la estatura a nuestra presencia política”.

El discurso en el que se enunciaron algunas de las frases más famosas del candidato, es considerado como el punto de quiebre y separación con el gobierno de Salinas, pues Colosio subrayó la concentración de poder que había en México, que para ese momento llevaba 60 años siendo gobernado por el PRI, hecho que calificó como “monopolio”.

“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. Concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas; al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos”.

El asesinato de Colosio

El 23 de marzo, el priista viajó a Tijuana, Baja California como parte de su campaña hacia Palacio Nacional. Este destino resultaba de suma importancia al ser la única entidad del país que no era gobernada por el PRI en ese momento.

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El mitin se llevó a cabo en Lomas Taurinas, uno de los barrios más pobres y peligrosos de la entidad, pero por órdenes del PRI no hubo seguridad. Pese a ello, el arribo del candidato, su convivencia con los asistentes y su discurso se efectuaron exitosamente; el suceso histórico del asesinato de Colosio que quedó grabado en video vino cuando éste bajó del podio.

La cantidad de personas que acudieron a ver al candidato se calcula arriba de las 4,000; conforme Colosio Murrieta avanzaba hacia su vehículo, fue rodeado por los pobladores y poco a poco se separó de su equipo de seguridad personal. Lo siguiente fue que un revolver apuntó y disparó a su cabeza.

Aunque el abanderado del tricolor fue trasladado a un hospital, se declaró su muerte a las 18:55. El PRI se había quedado sin candidato a la presidencia.

La historia tras la foto: El último adiós a Colosio

El funeral de Colosio se llevó a cabo el 25 de marzo en la sede nacional del PRI. A él acudieron familiares, activistas y políticos. Entre los personajes que se encontraban en el lugar estaba Ernesto Zedillo, su jefe de campaña y Fernando Ortiz Arana, presidente nacional del PRI en ese momento, a quienes se les puede ver en la fotografía.

La controversia que llegaría luego del asesinato de Colosio y de imágenes como esta, fue el destape de Zedillo como el nuevo candidato del partido a la presidencia de México, cinco días después del asesinato y tres del funeral.

“Ernesto Zedillo representa, como Colosio en su día, la continuidad del modelo salinista de modernización de México, casi consumado en lo económico, pero aún incipiente en lo que se refiere a la verdadera transformación política que necesita el país, la gran asignatura pendiente que el malogrado, Colosio levantó como bandera durante su campaña”, escribió El País en 1994 ante esta asignatura.

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Ortiz Arana ingresó a las filas del PRI en 1963 y fue líder nacional del partido del 30 de marzo de 1993 al 13 de mayo de 1994. Luego de la muerte de Colosio fue el encargado oficializar la nominación de Zedillo como nuevo candidato del partido a la presidencia de México.

El nombramiento de Zedillo a cargo de Arana fue televisado. Acompañado por el comité nacional del PRI y ante un retrato de Colosio, Ortiz Arana expuso que Ernesto Zedillo había sido elegido por unanimidad.

"Ernesto Zedillo es un gran militante de nuestro partido que además está comprometido con el pensamiento de Luis Donaldo Colosio", dijo Arana en el evento.

Desde el 1 de diciembre de 1994 hasta el 30 de noviembre de 2000, Ernesto Zedillo mandó desde la silla presidencial y dio paso al primer presidente no abanderado por el PRI, luego de que Vicente Fox ganara los comicios presidenciales de 2000 por el PAN.

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