"Yo estuve casada 10 años y me divorcié entre 2013 y 2014. Soy de Chiapas y tras el divorcio me vengo a vivir a la Ciudad de México con mis tres hijos y él (el exesposo) los venía a ver cada tres semanas, un día y medio, o en vacaciones. En todo ese tiempo se dio una violencia económica, en la que me veo obligada a estarle llamando para el pago de la manutención de mis hijos", cuenta Micaela Giacobone.
Al verse en esta posición, Micaela empieza a buscar trabajo y recibe una propuesta en un despacho de abogados en Chiapas, por lo que regresa a su estado. Pero el empleo no se da, llega la pandemia y se queda confinada en casa con sus hijos.
"En esta búsqueda por tener independencia económica, él aprovecha para ya no regresarme a los niños luego de que autoricé que estuvieran con él en noviembre de 2019, porque ya habían estado encerrados conmigo por la pandemia. A partir de ahí empiezo a pensar todos los días que las cosas van a cambiar, que al otro día me va a mandar un mensaje, me va a dejar verlos, me los va a regresar, y así es que pasa más de un año. Uno de mis hijos ya cumplió la mayoría de edad en este proceso", dice Micaela.
Los pasos que fue dando Micaela luego de la sustracción de sus hijos la condujeron a Mayte López, quien desde Chiapas alzó la voz en 2018 para denunciar uno de los casos de violencia vicaria más conocidos en México. Por ese entonces, ante la falta de un tipo penal, el delito que se mencionaba era violencia intrafamiliar ejercida por su exesposo, el senador Noé Castañón (antes PRI, hoy Movimiento Ciudadano).
El caso de Mayte López es un ejemplo de cómo el abuso de poder y el tráfico de influencias también se relaciona con muchos de los casos de violencia vicaria. Noé Castañón, cercano al también senador y exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, se hizo de la custodia de sus hijos y desde 2016 no permite que vean a su madre, de acuerdo con la denuncia.
"A mí me quitaron a mis hijos en 2016. Mi caso se hizo público porque el papá de mis hijos es político, actualmente es un senador, y para protegerme, para proteger mi vida, mis abogados me recomendaron salir y denunciar públicamente. Esto se hace más grande y me empiezan a buscar más y más mujeres que pasan por lo mismo que yo", expone López.
La violencia vicaria viene desde el machismo, tiene cómplices y busca hacer el mayor daño posible a la mamá. Las integrantes del Frente la describen como "la penúltima de las violencias hacia la mujer y la más cruel", porque después de esta sigue el infanticidio, el feminicidio o un "suicidio inducido".
Se trata de una serie de violencias con una víctima central y otras colaterales, que son los hijos, pues en la mayoría de los casos son "convencidos" por los propios agresores para no querer regresar con sus madres, son separados de su núcleo familiar, cambiados constantemente de casa y de escuela, e incluso se les impone "otra madre". Pero en el peor panorama sufren otro tipo de violencias por parte de las personas que quedan a su cargo, como agresiones sexuales.
"Prácticamente, (los agresores) nos quieren desaparecer del mapa. A veces hay personas que se ostentan como las mamás de nuestros hijos, lo cual es un golpe emocional muy fuerte para ellos y para nosotras, o se les dice que estamos locas o nos quieren hacer ver como las violentas para que ellos mismos (los hijos) no quieran vernos", expresa Alexandra Volin.
No solo te quitan a tus hijos. Te quitan la vida que tenías, te quitan todo lo material, lo emocional. Te quitan la vida completa.
Mayte López