Llamados al orden
Luego del mensaje inicial, los panelistas se interrumpían unos a otros e incluso, se arrebatan las palabras. La moderadora tuvo que llamarlos al orden en repetidas ocasiones, en especial cuando se les preguntó por qué creían que los próximos tres años podríamos estar mejor.
“No creo que podríamos estar mejor, estaremos peor. Estamos en un régimen totalitario”, insistió Vidales; Atilano le rebatió y calificó de “graves” esas aseveraciones, “Hay que salir de su burbuja”, planteó; Lozano le reviró: “El rollo no sirve, hay que ver los datos” y mostró varias gráficas con cifras a la baja en materia de salud, educación, empleo.
Solano, cuestionó: “¡Creía que venía a un debate serio!", y llamó a “no jugar con la gente” y defendió lo dicho por AMLO, en el sentido de que se puede gobernar sin deudas, con programas sociales en forma directa, “sin fantasmas ni intermediarios”.
Durante la segunda parte, los señalamientos y descalificaciones subieron de tono. Gilberto Lozano acusó a AMLO de “regalar dinero prestado”, de lucirse con “dinero ajeno” y se quejó de que se ataque al mensajero, “como es el estilo de la casa… es la escuela que ellos tienen en esas escuelas patito”.
Juncal Solano le rebatió: "En México los feminicidios van a la baja y se se ubica en el primer lugar en recuperación de vacunas y hoy el gobierno de AMLO puede garantizar 250 mil vacunas porque hay estabilidad económica, ahorra y no se lo roba”.
Natalia Vitales la cuestionó: “no porque bajaron los feminicidios este ratito me voy a ufanar de que estoy atendiendo el problema. La realidad es que no se está atendiendo el problema de las mujeres en nada”.
Al final, consumieron los más de 60 minutos en un baile de cifras, números y frases, pero no fijaron una postura clara de por qué la ciudadanía debe acudir o no a las urnas y participar en este primer ejercicio de democracia directa.