Los resultados de la auditoría ASF reflejan que fue a la inversa, el INDEP financió los recursos para el Insabi, pero no con esos recursos del cheque, como fue publicitado por el presidente.
El INDEP devolvió a la FGR los recursos del cheque en abril de 2020, y la Fiscalía a su vez los dio al Infonavit, por lo que no sirvieron para fondear premios del gran sorteo 235, "el del avión presidencial".
El 10 de febrero pasado Latinus difundió una entrevista del extitular del INDEP, Jaime Cárdenas, en el que éste afirma que ese cheque era incobrable, pues carecía de status legal necesario para ser usado por el Instituto y, según el reportaje, todo fue “un montaje” para mostrar que recursos recuperados a la delincuencia servirían para pagar premios.
En el reporte de la ASF se establece en tanto que la denuncia que presentó Cárdenas cuando renunció al INDEP y acusó malos manejos aún sigue en investigación. Pero en la revisión si se confirmaron fallas en el control del inventario de los bienes que tiene bajo su custodia.
Los premios
Los datos reflejan que la “rifa del avión” fue, como un sorteo común, para financiar premios y su rentabilidad escasa.
La auditoría a Lotenal confirmó que sólo se vendieron 3.6 millones de boletos, por lo que las ventas netas fueron por 1,823.1 millones de pesos.
De ellos, 1,240 millones de pesos sirvieron para pagar 62 premios de 20 millones de pesos: 33 a personas físicas, 5 a sindicatos, 8 a escuelas y 1 ganador no especificado.
Descontados costos de producción, impresión, fletes, comisiones, premios, gastos de venta, quedaron 429.4 millones de pesos. El “margen de utilidad” según la Lotenal fue de 23.5%, pero menos gastos de administración e impuestos el resultado del ejercicio quedó en 264.1 millones de pesos de ganancia.
“El remanente de 264,131 miles de pesos, una vez descontados los gastos, costos y premios, se entregó a la Tesofe y esta a su vez la destinó al Insabi” constató las ASF.
El 14 de septiembre –un día antes del Gran Sorteo 235- el gobierno federal informó que 1,051 “cachitos del sorteo” fueron adquiridos y donados por el Insabi a 957 hospitales COVID.
Pero de acuerdo a la auditoría al INDEP “se constató que el INDEP en 2020 no realizó transferencias por ‘ 500 millones de pesos´, al Insabi para comprar cachitos de lotería (…) no obstante, se comprobó que el INDEP transfirió al INSABI 2,000,000.0 y 179,800.0 miles de pesos para la adquisición de equipo médico y medicamentos”.
Ese monto millonario se juntó con 2,262 aseguramientos, de los cuales 17 eran extinciones de dominio por 104,427 dólares americanos. El 11 de septiembre de 2020 el INDEP los transfirió a la Lotenal pero esta argumentó que eran innecesarios pues pagaría los premios con el producto de las ventas, así que lo devolvió el 3 de diciembre.
El 18 de diciembre de 2020 el INDEP acordó con el Insabi, la Secretaría de Salud y el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CENSIA) la transferencia de los 2,000 millones de pesos y este último Centro los recibió el 22 de diciembre.
Así, lo que serviría para "equipo médico, medicamentos y material de curación en las unidades médicas, clínicas y hospitales del sector salud en México; contratar de médicos, enfermeras y especialistas de acuerdo con las disposiciones en la materia; mejorar y optimizar de la infraestructura del sector salud en México, así como la atención de pacientes que padecen el virus SARS-CoV2” no tuvo ese destino.
La SS reportó: “el recurso se destinó a la adquisición de las vacunas para combatir la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19), proceso que se fiscalizó en la auditoría 237-DS "Adquisición y Distribución de Vacunas COVID", de la cuenta pública 2020”.