El programa de actividades en Totontepec incluye juegos de mesa, canciones, cuentos y poemas, todo en mixe. Incluso, la maestra de la comunidad convocó a los menores de edad a un curso para enseñarles a escribir su lengua materna, pues –explica don Armando– a veces los niños pueden hablarla, pero no escribirla.
"Nuestra lengua tiene nueve vocales, entonces es diferente la escritura que la del español, y realmente hay que tomar un curso para poder empezar escribirlo. La idea es que los niños vayan identificando y aprendiendo cómo se escribe, por ejemplo, el nombre de algún animal o partes del cuerpo humano en nuestra lengua", puntualiza.
También se organizó una mesa de análisis sobre las experiencias comunitarias para la preservación de la lengua, con la participación especial de las activistas Yásnaya Aguilar Gil y Engracia Pérez Castro, ambas originarias de Oaxaca.
"Lo que nos proponemos es generar conciencia tanto en la comunidad como con nuestros paisanos que viven en diferentes partes de México y en el extranjero", manifiesta Armando Guzmán.
El defensor refiere que la importancia de preservar las lenguas indígenas radica en el hecho de que estas reflejan la cosmovisión de las comunidades. Además, dice, las lenguas maternas están cargadas de cultura, vivencia y conocimientos que se van transmitiendo de generación en generación.
"Hay cosas que no se pueden explicar en español, y si se hacen en la lengua se reflejan de manera más clara lo que nosotros vivimos y sentimos. Una lengua se construye a lo largo de muchos años y se va adecuando a las circunstancias de cada que cada región", menciona.