Desde la organización, pese a dos años complicados porque el enfoque en salud ha sido COVID, 29 familias fueron apoyadas a través de programas como el de traslados que benefició a tres pacientes, de medicamentos, equivalente a 908,135 pesos en fármacos especializados oncológicos y el de estudios especializados para diagnóstico y tratamiento con el que se destinó el equivalente a 12,684 pesos para los estudios de dos personas.
Además, la fundación tiene el Programa de Apoyo con Estancia Temporal, con el que se apoyó a 10 familias con unos 86,000 pesos.
Valeria reconoce que ha sido complejo por la pandemia de COVID, pero en el caso de la organización aún más porque son mujeres embarazadas con cáncer e incluso algunas contagiadas, por lo que lo primero que se propusieron en alianza con la Clínica de Referencia de Enfermedades Hemato-Oncológicas durante el Embarazo (CREHER), dentro del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca en el Estado de México, fue no “cerrar puertas”, pese a que ese nosocomio fue una unidad COVID-19.
Por su parte, Alejandro Barbosa, fundador de la Asociación Campeones de la vida NR AC (Nariz Roja), señala que todos los días están ingresando muchos chicos nuevos rezagados por la atención que estaba atorada por parte de los hospitales y los laboratorios. “Quédense en su casa”, se les decía durante la pandemia.
“Sí hay mucho rezago y va a empezar a haber más casos. Nos preocupa que los casos sean muy avanzados y ya no se pueda hacer nada”, dice.