El organismo, a cargo de David Colmenares, detalló que “las denuncias que se vayan a presentar no recaerán por ningún motivo en la decisión de una persona”, y para ello se tiene un grupo de trabajo donde participa personal de las Auditorías Especiales de Cumplimiento Financiero, de Gasto Federalizado, de Seguimiento además de la Unidad de Asuntos Jurídicos; además que con la reforma se creó la Dirección General de Auditoría Forense para el Gasto Federalizado.
Circunstancia que fue negada por el exauditor, quien expone que se está creando un área forense que va a pasar sus resultados al área de seguimiento, es decir va a ser igual, y negó que existiera un grupo de trabajo, como lo señaló la ASF.
Al respecto, Ángeles Estrada, directora de la Iniciativa de Transparencia y Anticorrupción de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, señaló que “es muy preocupante” la reforma porque le están dejando todas las tareas a una sola área.
“El hecho de darle todo este poder a una sola auditoría nos puede meter en muchos problemas (…) se le está quitando como la posibilidad de ser transparente a la Auditoría Superior de la Federación”, comentó al insistir en que el “monopolio de facultades para una sola autoridad” puede dar lugar a corrupción.
Por su parte, Alejandro Alegría Matus, investigador de finanzas públicas y anticorrupción de ETHOS, coincidió en que la situación no beneficia a la labor que debería cumplir de manera eficiente la fiscalización de recursos públicos, por lo que hizo un llamado a la Unidad de Evaluación y Control y a la Comisión de vigilancia de la ASF a tomar “cartas en el asunto”.
“Los cambios y lo que sucede al interior de la ASF, movimientos y lo que ha sucedido antes, revelan una falta de estabilidad que en términos de políticos públicas y pudiera estar revelando una problemática del funcionamiento que impida realizar de mejor forma la fiscalización de los recursos”, comentó.