Apenas este viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador insistió en la necesidad de regresar y comentó que no era obligatorio para los docentes, pues “nada por la fuerza”, pero señaló que los estudiantes tienen que retornar a las aulas porque se están perdiendo las actividades de socialización.
“Los niños no están conviviendo, no socializan, pero cuando regresemos tampoco lo van a hacer porque no van a poder compartir sus materiales o dinámicas como preescolar, al final no hay receso, no hay ceremonias, y tienen que mantener su distancia, entonces es ir a tomar la clase y nada más”, considera María Fernanda.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) enlistó una serie de medidas para el retorno a las escuelas, mientras que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cerró filas con las autoridades para un “regreso a clases ordenado, seguro, responsable y cuidadoso”.
“Ante una pandemia que ya nos ha quitado casi año y medio de actividades escolares, tenemos que lograr que las escuelas sean espacios seguros para la comunidad educativa, donde la posibilidad de contagio sea menor y la integridad de los alumnos esté a salvo”, sostuvo el secretario general del sindicato Alfonso Cepeda Salas.
Pero para los docentes, "no es cosa nada más de decir algunas medidas", ya que a dos semanas de entrar todavía no tienen certidumbre de cómo serán las sesiones de consejo técnico programas en el calendario escolar para la próxima semana, mucho menos cómo será el 30 de agosto.
“No es nada más regresar, es que los papás nos ayuden a la entrada, a la salida, poner gel, tomar la temperatura, estar ayudando en la limpieza de las aulas. Por ejemplo, si lunes y miércoles van 10 niños, tengo que citar a los papás de esos niños a que limpien antes y después de las clases y los papás tiene que trabajar u otras cosas que hacer y por ese motivo no lo querían hacer, un conserje no se va a dar abasto para toda la escuela”, señala la maestra de preescolar.
“Sí podemos regresar, yo no me niego, pero que las escuelas estén en condiciones, que contemos con los materiales, que contemos con el apoyo de los papás, no muchos pueden aportar con recursos o tiempo”, aseguró.
Por otra parte, Paola Garnica –quien también es mamá de un niño que entrará a segundo de kínder, pero no ha pisado las escuelas– sostiene que falta mucha información por parte de las autoridades o dar más espacio a las escuelas para decidir.
“Volvemos todos cuando los casos van a la alza. Es una decisión sin un análisis profundo de los cómos, de los contextos y ese es el problema, dar autonomía a las escuelas sería lo ideal, pero no sé si las escuelas estén listas para tener una decisión así”, señala la joven que tendrá que dividir su tiempo entre ser maestra y mamá.