“Los conocí (a la familia del afectado) dos domingos antes del día de los hechos, me pidieron ayuda porque el papá estaba enfermo de COVID. En el momento que llevé la primer despensa, nos tomamos una fotografía porque así lo querían, se me hizo raro, ahora sé que hay alguien detrás de todo esto“, agregó el diputado morenista.
El legislador insistió en que es víctima de un “linchamiento mediático”, ya que hasta el momento –dijo– no hay pruebas que lo incriminen en la carpeta de investigación.
“Han pasado dos semanas de infame calumnia, sin embargo, no hay prueba alguna que me incrimine. Recibí la carpeta de investigación por notificación de desafuero; la pericial en toxicología: negativa, proctología: negativa, uso de fuerza: negativo. Es un linchamiento mediático, sin ninguna prueba, sin debido proceso y presunción de inocencia”, acusó el legislador de 63 años.
El día de los hechos, relató, salió de la sesión en la Cámara de Diputados y al siguiente día tenía que presentarse nuevamente: “tuvimos que quedarnos en un hotel, no podía ir a Puebla y regresar. No tengo casa en la Ciudad de México, siempre me quedó en un hotel”, apuntó.
“Él me dijo (joven denunciante) que si no tenía inconveniente, ambos podíamos pasar la noche en la misma habitación, pero ahí me sembraron lo que tú ya sabes… Es un joven de 1.75 o 1.80 metros, ¿por qué no gritó o puso resistencia? Porque nunca sucedió.”, afirmó el diputado.