El 4 de enero cuando se tenía menos de un mes con vacunas, apenas con 43,960 dosis aplicadas, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell festejó que habíamos sido de los primeros 10 países en América Latina en iniciar la vacunación.
“Somos en este momento el número 13 en términos de vacunas por millón de habitantes, somos el primero en América Latina”, dijo.
En ese entonces, el país solo contaba con el suministro de Pfizer-BioNTech, cuyo primer lote llegó el 23 de diciembre. Hasta la fecha se han enviado 1 millón 769,625 dosis de este laboratorio, cuando se preveía que para el último día de enero llegaran 1 millón 417,659 dosis.
La meta propuesta no pudo ser cumplida, entre otras razones por la producción de los fármacos. Pfizer anunció una suspensión de sus entregas pactadas, que se restableció hasta el 14 de febrero, aunado a que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que habían aceptado ceder vacunas para países más pobres.
“Ahora, en el mundo hay una polémica porque la ONU le ha pedido a Pfizer que baje sus entregas a los países en los que se tiene contrato, como es el caso nuestro, los países europeos, para que se disponga una cantidad de vacunas a la ONU y que no haya acaparamiento, y que la ONU también ponga esas vacunas a disposición de países más pobres. Nosotros estuvimos de acuerdo con eso, que nos bajen y luego nos repongan lo que nos corresponde”, aseguró el 17 de enero.
Agregó que eso no cambiaba el plan, porque se estaban buscando otras vacunas con otras farmacéuticas como CanSino, el Instituto Gamaleya o AstraZeneca. De éstas, solo la Sputnik V, del gobierno ruso, ha llegado. Pues en el caso de AstraZeneca se buscó traer 2 millones del Instituto Serum de la India , que no estaban pactadas originalmente, de las cuales ya arribaron las primeras 870,000.