Regular las redes sociales desde el gobierno es una apuesta riesgosa

Ramón Ramón Sánchez, consultor internacional en políticas tecnológicas, explicó que las redes sociales tienen sus propios métodos de regulación por lo que no es necesario que sea un gobierno el que se encargue de ello.

“Cada vez que escucho un gobierno que va a legislar para regular las redes sociales me da mucho miedo en cualquier país porque normalmente esto conlleva a intentar limitar la capacidad de la ciudadanía de poder expresarse y organizarse”, advirtió en entrevista.

En México, resurgió la discusión de si se debe o no regular a las redes sociales luego de la decisión de Twitter de suspender la cuenta del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por el riesgo “de una mayor incitación a la violencia”. El presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su molestia e ironizó con que la estatua de la libertad se estaba poniendo “verde del coraje” al ver que una empresa particular se erigiera como “la santa inquisición” y censurara a un jefe de Estado.

Primero deslizó su intención de crear su propia red social, y luego pidió a la Secretaría de Gobernación realizar un análisis sobre cómo podría ser la regulación. Fue la misma Olga Sánchez Cordero quien confirmó que solicitó a la Unidad de Normatividad de Medios un análisis para saber cómo podrían reglamentar redes como Twitter o Facebook.

También desde el legislativo vino una propuesta. El senador Ricardo Monreal difundió su “iniciativa con proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión”, en la que propone otorgar facultades al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para establecer un marco para la suspensión y eliminación de cuentas en Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y Snapchat y establece multas de hasta 89 millones de pesos para aquellas empresas que impidan a un usuario utilizar su servicio y con ello "vulneren" su derecho a expresarse.

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Lo que sí debe regularse

Para Luis Fernando García, director de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, la regulación que se pretende realizar debería incluir más bien aspectos que incentiven a mejoras en materia de transparencia, en protección de datos personales y no sobre qué sí algún contenido se debe censurar y cuál no.

“Es importante insistir en un toque regulatorio con un bisturí, están legislando con una brocha cuando se necesita un lápiz muy finito para tratar de contribuir a una discusión pública más rica”, opinó durante el live “Redes sociales: ¿Regulación o censura?” organizado por Expansión Política.

Para Raúl Luna, catedrático de la UNAM y director de Nómada Digital, es importante que se regulen las redes sociales porque es muy peligroso permitir que sean Twitter y Facebook quienes decidan a quién censurar y a quién no.

“No podemos ser gobernados por conglomerados de comunicación… pero debemos preguntarnos ¿cuáles son los beneficios de la regulación? Si son para no escuchar, ver o leer lo que no nos gusta, me parece que estaríamos retrocediendo 30 años atrás”, alertó en entrevista.

Al respecto, consideró que se debe regular la protección de datos personales y la privacidad a la que tienen todos quienes usan las redes sociales.

¿Cuándo dejaron de ser benditas?

Del amor al odio, así parece que se transformó la relación del presidente Andrés Manuel López Obrador con las redes sociales.

En múltiples ocasiones las calificó de “benditas” porque fue en el ciberespacio donde encontró eco y apoyo a su propuesta política para llegar a la Presidencia de la República, pero también es en las plataformas digitales donde el mandatario federal ha visto censura, uso de bots, y campañas en su contra orquestadas desde la oposición.

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Luis Estrada, director de SPIN, consideró que el desagrado del presidente Andrés Manuel López Obrador con las redes sociales surge de que no le están siendo tan favorables con su gobierno.

“Lo que en su momento López Obrador como candidato y opositor veía magnificado en términos de crítica al gobierno en su momento del PAN y PRI, ahora lo está experimentando ahora del otro lado y es ahí donde ya no le gustó”, comentó.

El Salón de Tesorería de Palacio Nacional se ha convertido en el espacio desde el cual el presidente ha pedido a Facebook y Twitter transparentar el pago de anuncios políticos, informar sobre las cuentas que se utilizan para denigrar y para la guerra sucia. En varias ocasiones, el mandatario ha dedicado parte de su conferencia a señalar que las redes sociales actúan cierto sesgo partidista, lo cual incluso ha atribuido a la afinidad política de sus directivos .

Rossana Reguillo, coordinadora de Signa Lab, laboratorio multidisciplinario del ITESO, señaló que, desde hace meses, el mandatario federal ha increpado a las redes sociales, particularmente a Twitter, con la cual parece haber ya una relación de odio.

“Lo que vemos muy claramente es una desesperación por un control de las redes, pero por mucho que regules la opinión pública no está sujeta a reglamentos”, aseguró.

Las aportaciones de las redes

Para los especialistas consultados, las redes sociales han traído múltiples beneficios para las sociedades, entre éstos la capacidad de organización, así como manifestar el acuerdo o desacuerdo e incluso el involucramiento en los asuntos públicos.

En México, un ejemplo de esa organización sucedió con el sismo del 19 de septiembre de 2017, cuando a través de las redes sociales, los ciudadanos se organizaron para apoyar en los edificios caídos.

“Las redes sociales no son máquinas o fierros, son el patio en el que los ciudadanos nos relacionamos y usamos internet no solo para consumir información, sino para organizarnos”, comentó Ramón Ramón Sánchez.

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En el mundo hay casos donde los ciudadanos se organizaron para realizar revoluciones como la “Primavera Árabe” cuando tuvieron que renunciar presidentes de África y Medio Oriente como Zine El Abidine Ben Ali de Túnez, Hosni Mubarak de Egipto, Muamar Gadafi,de Libia, Bashar al Asad en Siria.

Al respecto, Ramón Ramón planteó que cada vez que un gobierno pretende regular las redes sociales, atenta contra la capacidad de organización y crítica ciudadana.

“Me sumo al deseo de Andrés Manuel de acabar con la censura de las redes, pero no me puedo sumar es a regular redes para impedir que la ciudadanía tenga la capacidad de manifestar su malestar”, subrayó.