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AMLO recurre a un fideicomiso privado para el programa Sembrando Vida

El presidente ha dicho que estos instrumentos financieros generan corrupción, pero su gobierno utiliza uno en uno de sus programas y en él se depositan 250 pesos mensuales de cada beneficiario.
jue 29 octubre 2020 06:22 AM
Sembrando Vida
La meta del gobierno de AMLO es apoyar a 424,550 sembradores con 5,000 pesos mensuales, de los cuales 250 pesos se destinan a un fideicomiso privado.

A pesar de estar en contra de los fideicomisos, el gobierno encabezado por Morena implementó la creación de uno privado en uno de sus programas estrella. Se trata de Sembrando Vida, en el que —de acuerdo las reglas de operación— los beneficiarios tienen que depositar 250 pesos al mes en un instrumento de este tipo.

De acuerdo con los datos del número de beneficiarios reportados en la Secretaría del Bienestar y en el Segundo Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a la fecha, los ahorros estimados superarían los 726 millones de pesos.

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#QuéPasóCon... los fideicomisos?

Según reportes de la Secretaría de Bienestar, en octubre de este año se pagó a 420,920 sembradores, mientras que de septiembre de 2019 a junio de 2020 se dieron apoyos a 200,000 personas en promedio por mes.

Especialistas señalan que este mecanismo se presta —al igual que los 109 fondos y fideicomisos públicos cuya desaparición fue aprobada en el Congreso— tanto a la opacidad como a la falta de rendición de cuentas.

El propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advirtió en julio pasado que no se encontraron documentos sobre la operación del fideicomiso privado de Sembrando Vida, ni tampoco los avances de su administración.

En un inicio, las reglas de operación del programa Sembrando Vida establecían que, de los 5,000 pesos de apoyo que reciben los sembradores mensualmente, 4,500 serían depositados en tarjetas de débito a nombre de cada uno de los beneficiarios y 500 se destinarían para un ahorro programado. Este último sería retenido automáticamente y transferido de manera electrónica a una cuenta de inversión; de estos, 450 pesos son para fortalecer el patrimonio familiar, y 50 pesos, para la creación del Fondo de Bienestar.

Este fondo se haría bajo la modalidad de un fideicomiso privado, con la finalidad de apoyar a los productores, mediante capital de riesgo, para consolidar sus procesos productivos a mediano y largo plazo, según se establezca en el contrato y en las reglas de operación del propio fideicomiso. Para marzo de 2020, se modificó la composición y, de los 500 pesos, el reparto quedó así: 250 se destinan para fortalecer el patrimonio y 250 para el fondo.

Hasta finales de 2019, los campesinos y ejidatarios recibían 5,000 pesos mensuales , de los cuales los 500 son un ahorro para que, al final de la actual administración, ese dinero se utilice para dar continuidad a la iniciativa un año más, es decir, hasta 2025.

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No se encontraron documentos del fondo

A más de un año de la creación de este programa, el Coneval señaló en un informe que "no se encontraron documentos en los que se describan los mecanismos de operación del Fondo de Bienestar y los avances en su administración tampoco se encuentran documentados".

El organismo detalló que los beneficiarios en algunos estados comentaron en entrevistas que los facilitadores les habían informado sobre la constitución de un fideicomiso, para lo cual habían seleccionado a representantes de las Comunidades de Aprendizaje Campesino y, posteriormente, habían seleccionado a representantes que se encargarían de formalizar legalmente la constitución de dicho fideicomiso.

Estos recursos, si bien tienen un origen público al ser otorgados por el programa a cada sembrador, al aportar lo correspondiente al ahorro programado adquieren un carácter privado.

"Al ser un fideicomiso privado, los acuerdos sobre la administración de los recursos son particularmente de los sujetos de derecho, que de manera organizada operan a través de cooperativas con esquema de delegación, según la ley de sociedades cooperativas", dice el informe.

Conoce más: El gobierno de AMLO proyecta invertir 303,982.9 mdp para programas sociales

Al respecto, la Secretaría de Bienestar comentó que la conformación de las cooperativas se tenía programada para el mes de febrero , pero se dio plazo hasta agosto por la epidemia de COVID-19. Por ello, los criterios técnicos y las reglas de operación con los que operará el fideicomiso serán aprobados una vez que quede este constituido y se realice la primera Sesión del Comité Técnico.

Esto significa que, desde que se inició el programa, no está claro a dónde se estarían depositando esos recursos y bajo qué mecanismos.

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La opacidad en los fideicomisos

Durante la discusión en el Congreso con la que se desaparecieron un centenar de fondos y fideicomisos públicos, se argumentó que estos instrumentos carecían de transparencia y se prestaban para el uso discrecional de los recursos públicos.

El propio presidente López Obrador ha estigmatizado estas figuras. "Los que están defendiendo a los fideicomisos están defendiendo a la corrupción, así de claro, porque estos fideicomisos no tenían ningún control. Inclusive la Auditoría Superior de la Federación lo ha expresado, de que no había transparencia y desde luego se transferían fondos del presupuesto público a grupos y empresas", aseguró.

Por su parte, expertos han señalado que los instrumentos por sí mismos no son malos, pues todo depende de cómo se usen y qué tanto se transparenten, pues están sujetos a reglas de fiscalización, lo que no sucede con los fideicomisos privados.

"La Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública incluye como sujetos obligados a los fideicomisos públicos. En este caso, si el fideicomiso es privado, habría que ver si el carácter de la aportación que piden es considerada aportación de privados, en este caso, no habría obligación de transparentar", explica Manuel Guadarrama, del IMCO, sobre el Fondo de Bienestar de Sembrando Vida.

Sarahí Salvatierra, de Fundar, señala que hay fideicomisos privados que se quedan en medio ya que, por un lado, reciben recursos públicos que no están totalmente visibilizados, y hay otros que aunque no reciban recursos públicos como tal, sí tienen algún tipo de intervención en asuntos públicos, pero como son privados no les es aplicable ninguna regla de presupuesto ni transparencia, y hay más posibilidad de ejercerlos discrecionalmente.

"El privado puede tener todas las facilidades de modificar cuando quiera dependiendo cómo esté este fideicomiso, como es privado aplica el secreto bancario y fiduciario porque la institución bancaria obviamente tiene la obligación, conforme a la Ley de Instituciones de Crédito, de resguardar la confidencialidad de sus clientes", dice.

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