"Pero durante esta etapa de emergencia sanitaria hemos sufrido una gran pérdida en relación al número de donantes y de trasplantes", lamentó.
El funcionario indicó que desde abril se detuvo la actividad de donación porque la mayoría de los hospitales y personal de salud se vieron obligados a atender a pacientes con COVID-19.
A esto se suma que, independiente al protocolo estricto que se sigue para los trasplantes, tanto pacientes como donantes y personal médico, deben ser sometidos a las pruebas para la detección de COVID-19, resultados que tardan hasta 48 horas, lo que hace que el proceso para la donación se prolongue.
De acuerdo con la información presentada por Aburto Morales, las donaciones por parte de personas fallecidas pasaron de 238 en enero a cero en los meses de abril y junio.
Solo en mayo y julio se registró una donación por mes. Fue hasta agosto que se recibieron nueve donaciones, y en lo que va de septiembre se registran 10.
Es decir que entre abril y septiembre se han realizado 21 donaciones de este tipo cuando en el mismo periodo del año pasado se registraron 1,235.
Lo mismo ocurrió con los trasplantes, pues en marzo, cuando inició la pandemia, se realizaron 233 prevenientes de personas fallecidas, en abril únicamente 8, en mayo 9, en junio 14, en julio 15, en agosto otros 15 y en septiembre 31.
Mientras que los provenientes de personas vivas pasaron de 118 en marzo a 1 en abril, ninguno en mayo y junio, 3 en julio, 4 en agosto y 6 septiembre.
En suma, entre abril y septiembre se han realizado 106 trasplantes.