Rogelio Gómez Hermosillo, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza; Judith Méndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP); Mariana Campos, de México Evalúa, y Rodolfo de la Torre, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), recalaron que esta "transfusión" debe ser de al menos 3.5 puntos del PIB para 2021, equivalentes a 240,000 millones de pesos.
Aunque recalcaron que este sería un primer paso, plantearon que a largo plazo se requiere una reforma fiscal que aumente ese porcentaje de recursos hasta el 6% del PIB.
"Es necesario aumentar el gasto en salud del Presupuesto 2021, un punto del PIB garantizaría la igualdad en los servicios que proporciona el Instituto de Salud para el Bienestar con los servicios del IMSS, y así dar servicios equivalentes a mexicanos del sector formal e informal de la economía", dijo Gómez Hermosillo.
Campos advirtió que el gobierno gasta poco en salud, no solo porque el presupuesto es bajo en relación con el tamaño de la economía, sino también porque gasta menos de lo que el Congreso de la Unión le autoriza a erogar.
De la Torre aseguró que la reducción en el gasto en salud ha dejado un sistema debilitado, pues año con año la proporción ha disminuido: pasó de 3% del PIB en 2013 a 2.5% en 2020.
"Estamos viendo bajo gasto en salud, con una pobre organización y con una distribución que fomenta la desigualdad, con esto tenemos realmente una receta explosiva cuando se presenta una emergencia como la que estamos viviendo", destacó.