El activismo y la libertad de expresión sufren los estragos de la pandemia

Por el acoso, el equipo no pudo hacer entrevistas. Tuvieron que transmitir desde la puerta de atrás, donde vieron entrar carrozas fúnebres, una tras otra.

Defensores de derechos humanos y periodistas alertan que estos casos se han hecho más comunes, que el acoso y la polarización han crecido durante la pandemia, y que la crisis de libertad de expresión se ha agravado.

Crisis de Libertad de Expresión

Jan-Albert Hoosen, representante en México del Comité para la Protección de Periodista (CPJ, por sus siglas en inglés), dice que los ataques a los comunicadores son frecuentes.

“En semanas pasadas, hemos visto varios incidentes de reporteros y reporteras que están cubriendo la contingencia. Cerca de hospitales o instituciones del gobierno que fueron agredidos por personas que estaban ahí o la misma policía que no les permitió hacer su trabajo ahí”, explicó durante un foro organizado por el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) para hablar de la situación de periodistas y defensores de derechos humanos.

Hoosen advierte que los ataques son realizados y promovidos por las autoridades de los tres ámbitos de gobierno, incluso por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que “exacerba” la crisis de libertad de expresión.

“Los medios vistos son vistos como adversarios y no como quienes están informando lo que realmente está pasando. En los últimos días hubo desencuentros con el presidente de la República y los medios, tanto así que algunos han recibido presiones y amenazas, porque estaban haciendo preguntas que se podrían interpretar como ‘incómodas’”, explica.

El representante del CPJ dice que es necesario cambiar la actitud de las autoridades y establecer protocolos para que la información sea más clara.

“Se tiene que arropar al periodismo, generar protocolos, políticas públicas que protejan a los reporteros y garanticen una mayor colaboración para pasar información a la ciudadanía. En esta contingencia es necesario saber qué está pasando”, agregó.

Gastar en equipo personal

Jade Ramírez, de la organización Periodistas de a Pie, explicó durante el foro virtual que existe una precarización del trabajo periodístico a la que se suma la falta de equipo de protección contra el coronavirus.

“Los periodistas estamos obligados a sacar la chamba sea como sea, en las circunstancias más adversas. Algunos hemos avanzado en el tema del autocuidado, tanto emocional, psicológico y la compra de adquisición de insumos que precariza el bajo salario. Las empresas no dan traje para reportear a calle, gel antibacterial, que te cambie los insumos cuando vas a salir con camarógrafo y fotógrafo, o los limpiadores especiales para el equipo de trabajo. Esto se suma al tema de la precarización”.

La periodista asegura que esto se suma a la polarización entre el poder Ejecutivo y los comunicadores, que se arrastra desde hace más de seis años.

“Enrarece el clima y permite las agresiones. Tenemos casi 100 agresiones documentadas este año contra periodistas. Dos lamentables asesinatos, en Veracruz y Guerrero, estados donde se reiteran las agresiones, que no hay condiciones seguridad. Afuera la ingobernabilidad”, agregó.

También para los defensores

Ángeles Hernández, de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, coincidió en que durante la emergencia sanitaria también impacta en el trabajo de los activistas, como es el caso de quienes no pueden trabajar porque sus labores no fueron catalogadas como actividades esenciales.

“El tema de la precarización también afecta a las personas defensores de derechos humanos, por ejemplo, las personas del ámbito comunitario, que se dedican a la defensa de tierra y territorio. Muchas veces hablamos de organizaciones indígenas y hablamos de personas que tienen una segunda, tercera jornada de trabajo", agregó.

Advirtió que existen, de igual forma, repercusiones psicológicas, debido al aislamiento de la comunidad.

“Me parece que habría que leer cómo nos afecta de forma colectiva, sobre todo para quienes tienen una lógica comunitaria más sólida y más fuerte”, señaló.

Mujeres sin trabajo

La activista Kenya Cuevas, quien defiende los derechos de las trabajadores sexuales y las mujeres transgénero, dice que cuando se comenzó la Jornada Nacional de Sana Distancia muchas se quedaron si trabajo.

“En la Ciudad de México, la mayoría de las personas trans vive en hoteles o pensiones. Al dar la orden de cerrarlos, estas mujeres fueron las primeras afectadas, quedaron en un sólo día sin casa y sin trabajo”, explicó.

Kenya decidió abrir su refugio “Casa de Muñecas” para recibir a quienes necesitaban casa y comida.

“Vimos que las chicas necesitaban apoyo de todo tipo. Desde la alimentación, que es lo básico. También en Salud hemos tenido problemas, porque hay mujeres que no son aceptadas y tienen otra enfermedad crónica. Y están las que logran entrar, –van dos casos documentados- que fallecen y no es transparente su deceso”, dijo durante el foro de Cencos.