“No hay protocolos para la atención de los migrantes en México y en Estados Unidos por lo que pronto habrá un colapso”, advierte María Inés Barrientos, investigadora del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En entrevista, la especialista explica que, a diferencia de hace unos años, la migración que va hacia Estados Unidos no la originan motivos económicos, sino de violencia, por lo que pese a la pandemia a los migrantes centroamericanos les interesa llegar a territorio estadounidense para solicitar asilo.
El gobierno de Donald Trump ha enviado a 65,000 migrantes solicitantes de asilo a territorio mexicano desde que entró en vigor del programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), en enero de 2019, el cual establece que quienes llegaron a Estados Unidos a través de México de manera ilegal pueden ser retornados a México durante el tiempo que duren sus juicios migratorios.
Pero en la frontera no hay un espacio propicio para albergar a los migrantes, más cuando se cuentan por miles.
Investigadores del Colef realizaron el estudio “Migrantes en albergues en las ciudades fronterizas del norte de México” en el que refieren que ante el COVID-19 esa población en tránsito está enfrentando falta de empleo, ausencia de vínculos sociales, incertidumbre ante la espera de poder continuar con su camino y tramites y hacinamiento, lo que resulta peligroso para su salud.
Migrantes atrapados en México se enfrentan a la amenaza del COVID-19