Alrededor de 250 estudiantes de la Universidad Benito Juárez García, sede Francisco I. Madero, en Hidalgo, se manifestaron afuera del Palacio Nacional hace una semana para pedir que no los cambien de municipio. Dicen que los quieren mover a Jacala, a 147 kilómetros donde están actualmente.
Este fue el último de los conflictos presentados en la Universidad, ya que anteriormente les cambiaron de nombre al menos dos veces e ingresaron al plantel con una convocatoria del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y El Caribe (CREFAL), porque aún no estaba la de las 100 Universidades, para ser normalistas rurales, y les modificaron la carrera a Formación docente en educación básica: patrimonio histórico y cultural de México.
El problema volvió a poner la mirada en uno de los programas estrellas del presidente Andrés Manuel López Obrador y la encargada de las 100 Universidades, Raquel Sosa, luego de que en días pasados, un plantel en la Ciudad de México – la Escuela de Derecho Ponciano Arriaga– se declaró en paro por incertidumbre en los procesos de titulación y en el legalidad de la universidad.