En dos sexenios, México incautó menos del 10% de las armas que entraron al país
De los casi 3 millones de armas que se estima ingresaron al país en dos sexenios, el gobierno mexicano apenas logró incautar menos del 10%; hoy se impulsa una estrategia que “congele” el flujo ilegal.
En julio, la Secretaría de Relaciones Exteriores circuló una tarjeta informativa en la que estimaba que cada año ingresan a México entre 200,000 y 250,000 armas de forma ilegal; es decir, en los últimos dos sexenios han entrado, sólo por la frontera norte, un aproximado de entre 2.4 y 3 millones de armas.
La cifra de ingreso ilegal contrasta con la de armas incautadas. Expansión Políticasolicitó vía transparencia un informe sobre la cantidad de armas incautadas en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; es decir, entre diciembre de 2006 hasta diciembre de 2018: la suma total fue de 270,168 armas incautadas por la Fiscalía General de la República (FGR) y las Fuerzas Armadas; es decir, un promedio de 61.68 armas cada día durante los últimos 12 años, lo que equivale a un 10 por ciento de todo el tráfico que, se estima, llega procedente de Estados Unidos.
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¿Cómo es el flujo?
De ese total el 60.22% corresponde a armas largas. Según la información entregada vía transparencia, la FGR –antes PGR– aseguró 107.754 armas; de ellas 63,216 fueron armas largas y 44,538 cortas.
Por su parte, el personal militaraseguró 162,414 unidades; de las cuales 99,488 fueron armas largas y 62,926 armas cortas en el mismo periodo.
Armas largas como las que utilizó el Cártel de Sinaloa el jueves 17 de octubre para enfrentar a las Fuerzas Armadas y conseguir la liberación del Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "el Chapo" Guzmán.
Ante tal flujo, el canciller Marcelo Ebrard ha impulsado un acuerdo entre México y Estados Unidos para frenar el tráfico de armas y el ingreso de las mismas a nuestro país.
Apenas este lunes, sostuvo una reunión con el embajador de Estados Unidos en México, Cristopher Landau, quien estuvo acompañado por representantes de la Oficina de Aduanas, de Protección Fronteriza, del Departamento de Estado y de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos; por el lado mexicano asistieron los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo; de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval González; de Marina, José Rafael Ojeda Durán.
Para la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el principal acuerdo fue “tener reuniones ejecutivas cada 15 días” para “trabajar en planes de acción conjuntos y maximizar la eficacia de los esfuerzos a través de la inteligencia”.
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La problemática
Es un hecho que este tráfico de armas incide directamente en la violencia que se vive el país. En un análisis comparativo, se confirmó que siete de los 10 estados con mayor número de armas incautadas en estos 12 años se enlistan entre los 10 estados con mayor número de homicidios en el país.
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La opinión de los expertos
Para expertos en temas de seguridad el problema del tráfico de armas hacia el país se incrementa por varios factores:
Porosidad de los controles aduaneros.
Nula judicialización de casos contra traficantes.
No rastreo de armas desde Estados Unidos.
Martín Gabriel Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), asegura la porosidad de la frontera es el principal problema, aunado a que no hay una estrategia para combatir el tráfico.
El especialista indica que la cultura de posesión de armas y la legislación en Estados Unidos, que permite la libre venta de las mismas, inciden en este tráfico que se traduce en más violencia en México. Detalla que para el año 2014 se calculaba que por cada de 100 personas en EU, casi 88 tenían armas.
En lo local, en agosto pasado se dio a conocer que en el país circulan aproximadamente 1.6 millones de armas, según revelóLuis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena.
Tal cantidad de armas ha provocado el incremento de asesinatos en México en los últimos 12 años.
Tan sólo en 2018 —el año más violento desde el inicio de la guerra contra el crimen organizado—, se registraron 28,816 homicidios dolosos en las 32 entidades del país, de los que 19,928 se perpetraron con armas de fuego; es decir, el 70%, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Y para el 2019 la tendencia sigue al alza; entre enero y septiembre suman ya 25,890 homicidios, la proyección es que se rebase la cifra anterior. En este periodo se han cometido 608 homicidios más que en el mismo periodo de 2018 (25,282). De seguir la tendencia, 2019 se convertirá ahora en el año más violento del que se tenga registro en México.
El pasado 12 de septiembre, en la conferencia mañanera, el canciller mexicano Marcelo Ebrard dio a conocer que sostuvo una reunión con una delegación estadounidense en la que solicitó a EU "congelar" el tráfico de armas por la frontera norte; en esa mañanera, especificó que tres estados concentran el paso de armas: el 41% proviene de Texas; 19% de California y 15% de Arizona.
Además, Ebrard detalló que en el 70% de delitos relacionados con armas en México, y que son aseguradas, su origen es norteamericano, por lo que busca un acuerdo bilateral con Estados Unidos.
En cuanto a la medidas que deben tomarse para combatir el tráfico de armas, Alejandro Hope, analista en temas de seguridad, señala que se requiere de toda la cooperación posible del vecino del norte.
“Todos los intentos de control de armas tienen tres componentes: uno es exigir a EU que judicialice los casos, que proceda en su territorio contra los traficantes de armas y obtener información de EU sobre el rastreo; un segundo sería, parcialmente y de manera muy ineficaz, cerrar la oferta del control en la frontera y, una tercera es, hacer decomisos de armas más allá del territorio nacional”, explica.
Reconoce que existe colaboración con el gobierno norteamericano, pero ésta se da sólo en dos niveles: “con el intercambio de información, que es el rastreo de armas, y sólo la judicialización de algunos casos en EU de gente que exporta armas”.
Aunque admite que ninguna de estas medidas ha funcionado muy bien por varias razones.
“Una fundamental es que si tú eres eficaz en frenar un poco el flujo, eso te aumenta el precio. Y si aumenta el precio, hay más incentivos para los traficantes, porque al final las armas son muy baratas con respecto a los ingresos que reciben los criminales. Entonces, tratar de interrumpir la oferta no es muy eficaz”, asegura Hope.
El incremento
En opinión de Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, a partir de la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos hubo un incremento en el flujo de armas:
“Eso es un problema relacionado por las decisiones del gobierno del presidente Donald Trump. Con el expresidente Barack Obama (se tenían) los arcos tanto del lado mexicano y EU, que tienen como función identificar si un carro va cargado con drogas, con personas, con armas o con dinero. Y, ahora, en EU los apagaron, y son los que inhiben de alguna manera un ingreso de armas a nuestro país. Eso ya te pone en dificultad”, detalla.
Carlos Vilalta, especialista en seguridad e integrante del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial, resalta que para reducir el flujo de armamento, en los gobiernos estatales, se han implementado programas de desarme como el de la Ciudad de México para intercambiar armas por juguetes, electrodomésticos o hasta entregar dinero sin realizar ninguna investigación de la procedencia de las armas, pero no hay certeza ni estudios de que confirmen que estos programas tengan por efecto una reducción de la violencia.
“Desde un punto de vista de prevención del delito, no hay evidencia... que al entregarlas voluntariamente reduzca la violencia. Lo que se necesita es una política fronteriza, más que de prevención es de revisión aleatoria, de algo que se haga para detener el flujo de armas e ingreso a nuestra región”, asegura.
Más malas noticias
La otra puerta de entrada al territorio mexicano es la vía aérea.
En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el tráfico de armas es hormiga: en pequeñas cantidades pero de manera constante, incluso pueden llegar por partes para burlar los controles y revisiones.
La información entregada vía transparencia es que la Policía Federal apenas pudo asegurar 207 armas de fuego cortas y 15 armas largas de diciembre de 2006 a diciembre de 2018, una cifra menor si se piensa que tan sólo el año pasado por el aeropuerto transitaron poco más de 47 millones de pasajeros y se realizaron 458 mil operaciones.
Las cifras de incautaciones no son las más altas en la historia, en promedio cada año la FGR logró retener 8,979 armas, pero cada año la cifra es variable. Así, los tres años con mayores decomisos fueron tres del sexenio de Felipe Calderón: 2009, 2010 y 2011, con 18,546; 17,555 y 12,556, respectivamente.
Sin embargo, para los últimos tres años de Enrique Peña Nieto las cifras cayeron a 5,711 para 2016; 4,841 para 2017 y apenas de 1,249 para los once meses de esa administración en 2018. El mejor año del último presidente priista fue 2014, cuando la FGR pudo decomisar 9,772 armas.