“Precipitado”, mal planeado y, al final de cuentas, fallido. Así es como las propias autoridades describen el operativo que realizaron fuerzas federales este jueves en Culiacán, Sinaloa, para aprehender a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, quien finalmente quedó libre.
La mañana de este viernes, los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, y de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dieron una rueda de prensa para detallar lo que ocurrió en la capital sinaloense.
En ella, reconocieron que, además de no medir las consecuencias de la captura del ‘Chapito’, los elementos de la Guardia Nacional no tenían en su poder la orden de cateo que les permitiera ingresar al inmueble donde este se encontraba, lo cual derivó en que, en su espera, fueran agredidos “por una fuerza mayor” y se iniciaran balaceras y bloqueos. Esto no solo afectó a la población civil, sino que también llevó a dar marcha atrás al arresto de Guzmán.