Una casa de 38 millones de pesos, cuentas bancarias en dólares, francos y euros, fueron algunas de las pistas en sus declaraciones patrimoniales que pusieron a Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex inhabilitado del servicio público, en la mira de las autoridades.
Las irregularidades detectadas por la Función Pública tres años después de haber dejado la dirección de la petrolera mexicana, así como investigaciones por posibles actos de corrupción lo convirtieron en un prófugo de la justicia .
Si bien la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda realizó las investigaciones que condujeron a la orden de aprehensión contra Lozoya, sus declaraciones lo delataron.