De acuerdo con un reciente informe del Grupo interinstitucional de las Naciones Unidas para la estimación de la mortalidad infantil (IGME), en 2021 murieron en México alrededor de 26,058 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años. Esto equivale a una tasa de mortalidad de 12.08 por cada 1,000 personas en esa edad. El índice es mayor al del promedio mundial, que se estimó en 11.
El país también supera la tasa promedio de mortalidad de menores de 25 años de Norteamérica, ya que en esta región fue de 8 para 2021.
Aunque los avances científicos y sanitarios han permitido reducir la probabilidad de muerte de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en México el progreso ha sido parcial debido a los altos índices de violencia, explica en entrevista Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Incluso, la tasa de mortalidad juvenil fue ligeramente mayor el año pasado que hace 30 años, en el año 1990, cuando se estimó en 11.53.
En 2005 hubo una mejora, pues se reportó la menor mortalidad en jóvenes, con una tasa de 8.5, según las estimaciones del IGME. A partir de 2006, fecha que coincide con el sexenio del ex presidente Felipe Calderón en el que se declaró la llamada “guerra contra el narco”, la mortalidad juvenil repuntó hasta alcanzar su máximo nivel en 2021.
Hombres jóvenes, los que tienen mayor riesgo de morir
Los datos del informe arrojan que en 2021 fallecieron 19,565 hombres de entre 15 y 24 años, así como 6,493 mujeres en el mismo rango de edad. La tasa de mortalidad para los varones menores de 25 años se ubicó en 18.04 por cada mil, y la de mujeres, en 6.05.
“En nuestro país, desafortunadamente, en algunas regiones se ha acortado la esperanza de vida, sobre todo de la población de 15 años y más, y en particular de los hombres, por la criminalidad, por las muertes violentas, por los asesinatos”, lamenta Rodolfo de la Torre.
Así se ha registrado, sobre todo, en el norte del país, subraya. En Chihuahua, por ejemplo, es uno de los estados con mayor elevación de la tasa de mortalidad en jóvenes.