Los fallecimientos considerados prematuros, es decir, aquellos que ocurren en las personas de 30 a 69 años, aumentaron en 2020 y 2021 debido a la pandemia de covid-19, expone un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Se trata de los niveles de mortalidad prematura más altos a nivel nacional, indica el organismo en su Evaluación Estratégica de Salud. Primer informe, publicada el 5 de septiembre de 2022.
“Resalta que, para los hombres, en promedio, se identificó una tasa de más de 300 muertes por cada 100,000 habitantes, mientras que para las mujeres fue poco menos de 180”, detalla.
Las tasas de mortalidad por diabetes mellitus, influenza y neumonía también aumentaron en 2021 respecto a 2019, debido a los impactos indirectos que la pandemia de covid-19 causó en el sistema de salud, que durante esos años se centró en la atención de los contagios.
En 2021 se registró una tasa de 145 decesos por diabetes en cada 100 mil hombres y de 107 por cada 100 mil mujeres. En 2019, año previo a la pandemia, las tasas de mortalidad de esa enfermedad fueron menores: de 111 en varones y 85 en mujeres.
La tasa de fallecimientos de influenza por 100,000 habitantes pasó de 25 en 2019 a 70 en 2021 para el caso de los hombres, y de 14 a 36 en las mujeres.
Además, en 2020, primer año de la pandemia, 1 millón 377,055 familias, es decir, 3.9% de los hogares en México, hicieron gastos muy elevados de salud. Estos gastos se conocen como catastróficos porque consumen más del 30% del ingreso disponible de las personas. En algunas ocasiones, las familias pueden perder su patrimonio por cubrir el costo de la atención de enfermedades graves.
“Esta cifra incrementó en 1.8 puntos porcentuales, ya que en el año 2018 este indicador era de 2.1%. El gasto de bolsillo en salud es más grave si se considera el efecto económico que tuvo el confinamiento social en el ingreso de los hogares, al tener repercusiones en las actividades laborales”, reporta el Coneval.
Los hogares más pobres realizaron más gastos catastróficos en 2020, pues 4.6% de esas familias los tuvieron, frente a 3.7% de los hogares no vulnerables por ingresos.
El gasto de bolsillo de los hogares fue, principalmente, para adquirir medicamentos sin receta.
La emergencia sanitaria por el coronavirus de 2019 generó diversos desafíos en el sector salud, como la atención de las secuelas causadas por el virus y el incremento de los problemas de salud mental, indica el informe del Coneval.
Sin embargo, las estrategias de contención del virus tuvieron un impacto en la detección oportuna de enfermedades no transmisibles, en especial de aquellas que afectan a las mujeres, agrega.
Ellas vivieron efectos en su salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, la tasa de muertes maternas se estimó en 46.6 defunciones por cada 100 mil nacimientos en la última semana de 2020. Esto representó un incremento de 37.8% respecto a la misma semana de 2019, según datos de la Secretaría de Salud.
La detección de cáncer cervical o cáncer de mama tuvo una disminución en 2020. También se afectó el derecho de las mujeres a la planificación familiar, pues se registró una discontinuidad en el uso de métodos anticonceptivos.
“Es necesario considerar los efectos diferenciados que la pandemia ha generado en la salud de las mujeres e incorporar la perspectiva de género en el diseño de los programas presupuestarios”, recomendó el Coneval.
También sugirió crear y fortalecer mecanismos de coordinación entre las diferentes instituciones de salud, diseñar un registro de usuarios y derechohabientes con expedientes clínicos electrónicos y estandarizados, a fin de facilitar el rastreo de antecedentes médicos y el tratamiento en los distintos subsistemas de salud.
Además recomendó incentivar la atención primaria y preventiva, así como gestionar los recursos necesarios para la atención de la población sin seguridad social.
