Dulce Gabriela Flores González, activista y víctima de violencia vicaria, quien fue reportada como desaparecida desde el pasado 22 de julio, fue encontrada sin vida este jueves en el Estado de México.
Luego de que se dio a conocer que la localización de su su cuerpo sin vida, colectivos y activistas en contra de la violencia vicaria como la Unión de Madres Protectoras y el Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria alzaron la voz para exigir el esclarecimiento de los hechos y justicia.
Flores González, mujer residente de Cuautla, Morelos, sufría violencia vicaria luego de que denunció que su expareja le quitó la custodia de sus dos hijos, privando de la vida a golpes a uno de ellos.
Apenas el pasado lunes 24 de julio, integrantes del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria denunciaron que Flores González salió de su domicilio en el poblado de Cuautlixco, en el municipio de Cuautla, Morelos, y que desde entonces se desconocía su paradero.
La ficha de desaparición de Flores González fue difundida por la fiscalía de Morelos el domingo, un día después de que su madre notificó a las autoridades y a la asociación civil sobre el hecho.
Este jueves, el colectivo confirmó que el cuerpo de Flores González fue encontrada sin vida en la habitación de un hotel de Nezahualcóyotl, Estado de México, por lo que lanzaron un llamado a que las autoridades brinden todas las medidas de protección para las mujeres que sufren algún tipo de violencia, pues se acusó que este presunto femincidio es consecuencia de la falta de atención de las autoridades, especialmente en las localidades de Cuautla, Cuernavaca, Tepoztlán, Puente de Ixtla y Yautepec, donde se han registrado más de 24 casos de violencia vicaria en Morelos.
La violencia vicaria es considerada una violencia de género perpetrada por interpósita persona, cuando un progenitor ataca a una hija o un hijo con el objetivo de causar dolor a la madre.
Pero es necesario aclarar que esta puede ser efectuada no solo cuando hay una relación consanguínea en la familia, sino incluso cuando hay un parentesco de tipo civil.
Las exparejas de las mujeres que son víctimas de este tipo de violencia agreden a los seres queridos de éstas para causarles dolor. Pero ese no es, en todos los casos, el único fin. Pues los violentadores pueden usar el sufrimiento de la madre para chantajearla y hacer valer su supuesta autoridad.
La infancia es particularmente afectada por la violencia vicaria, al ser el blanco de agresiones de las exparejas de las mujeres. Los hijos no solamente pueden ser maltratados físicamente. Incluso, cuando el agresor no se puede acercar a ellos, puede enviarles amenazas, hostigarlos y acosarlos por diversos medios.
