Es el caso de Colima, donde la victoria la obtuvo Indira Vizcaíno Silva, en sustitución del priista José Ignacio Peralta, y Michoacán, donde ganó el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, quien sustituyó a su copartidario Raúl Morón en la boleta, actualmente gobernado por el perredista Silvano Aureoles.
Los otros dos mandatarios que cambian son Samuel García Sepúlveda (MC), quien entrará en Nuevo León en lugar de Jaime Rodríguez Calderón ‘El Bronco’, y María Eugenia Campos Galván, la gobernadora electa de Chihuahua, que sustituirá al también panista Javier Corral Jurado, quienes se prevé continúen con la Alianza.
Este es el momento en el que los Gobernadores de la @AFederalista votamos nuestra separación de la @CONAGO_oficial. En un recinto histórico - flanqueados por las imágenes de Juárez e Hidalgo-, tomamos una decisión histórica: reemprender la defensa del federalismo y la democracia. pic.twitter.com/OjNI5zWCfP
— Javier Corral Jurado (@Javier_Corral) September 8, 2020
Es decir, que de conservarse los ocho que quedarían, la Alianza Federalista que alguna vez hizo frente al presidente en temas en los que había desacuerdo como la creación de los súper delegados, quienes los gobernadores consideraban les restaban poder, y las reformas educativa y en materia de salud que, de igual forma, limitaban sus funciones y se redireccionaban al gobierno central, quedaría debilitada.
Javier Martín Reyes, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera que con una “enorme cantidad de gubernaturas”, la relación de los gobiernos estatales con el presidente será “mucho más unida y estrecha”, por lo que la oposición quedará “menguada”, aun cuando tenga de su lado a mandatarios de entidades como Nuevo León o Jalisco, con Enrique Alfaro, que pertenece a la Alianza.
“El hecho de que Jalisco sea gobernado por la oposición, que Nuevo León esté gobernado por la oposición es significativo, pero el peso que puedan tener los gobernadores de oposición va a estar muy menguado”, dice el especialista.