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A más de un año de pandemia, hay todavía 91 municipios libres de COVID-19

De acuerdo con el Coneval, en 91 municipios no se han registrados casos positivos de COVID-19, de ellos, 78 están en Oaxaca.
vie 07 mayo 2021 03:00 PM
Oaxaca
81 municipios de Oaxaca no presentan ni un caso de COVID-19, su ubicación en regiones montañosas, su baja densidad poblacional y la poca accesibilidad carretera son algunas de las razones del por qué, pese a bajo acceso a servicios de salud.

En el corazón de Oaxaca, un puñado de municipios se mantienen sin casos de COVID-19 a más de un año que arrancó la epidemia de COVID-19 en el país que ha cobrado más de 218,000 vidas. Son 78 localidades, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que han pasado la primera y a la segunda ola sin contagios.

En total, señala el organismo encargado de medir la pobreza en México, son 91 municipios que no registran ningún caso positivo hasta finales de abril. Lo que comparten estas localidades es que se ubican en regiones montañosas, con baja densidad de población y con accesibilidad muy baja o baja a carretera pavimentada.

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“En el caso de Oaxaca hay comunidades muy alejadas entre una y otra, esto puede dar la posibilidad de que se formen islas de aislamiento del resto de la sociedad, de tal manera que se pudieran generar hasta burbujas poco penetrables para el virus SARS-CoV-2”, comenta Baruch Díaz Ramírez, coordinador del Centro de Diagnóstico COVID-19 de la Facultad de Medicina de la UNAM.

San Bartolomé Zoogocho, uno de los 570 municipios oaxaqueños de la sierra norte, es un ejemplo de ello. Con 334 habitantes, de los cuales 275 hablan una lengua indígena, no ha detectado ningún deceso por COVID-19, ni un caso ni tampoco un sospechoso.

Cuando las zonas rurales son generalmente más vulnerables respecto al acceso a la salud, este fue precisamente un factor para que no llegara el COVID-19. Inés Cortés Campos, del CIESAS Peninsular, expone que estas regiones y las indígenas se han encontrado históricamente en los márgenes de la salud pública, por lo que encarar la pandemia representaba un reto particular.

“En las regiones rurales del país, las localidades más pequeñas carecen de clínicas y hospitales, y se encuentran a menudo mal comunicadas y alejadas de los principales núcleos poblacionales, por lo que en ellas el acceso a la salud pública es una complicada faena”, señala en el texto COVID-19 y una estrategia de salud pública para el México rural e indígena.

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Esa realidad que enfrenta el 23% de la población mexicana, ha jugado a su favor. El Coneval reconoce que la concentración de población en el ámbito urbano (más de 70% de la población habita en ciudades), la conectividad de la red carretera, la movilidad de las personas y/o las características socioeconómicas de los territorios, han sido factores para la dispersión de la epidemia.

La dispersión de la enfermedad ha tenido lugar desde las zonas urbanas hacia las zonas periféricas y finalmente, a las localidades rurales.
Coneval

Desde el año pasado, las autoridades sanitarias nombraron "municipios de la esperanza” a 324 localidades que no reportaban casos y tenían colindancia con otros en la misma situación. En estos lugares, se podía comenzar a retomar las actividades en mayo del año pasado, tras la Jornada de Sana Distancia. Pasadas tres semanas, solo quedaban 60 municipios en estas condiciones, según la Secretaría de Salud.

Entre los datos de la Secretaría y el Coneval hay discrepancia debido a que usan marcos geoestadísticos distintos. El Consejo específica que cuando se hace referencia a datos de pobreza, se cuentan 2,457 municipios. De éstos, al 31 de diciembre, se contabilizaban 159 sin casos de COVID, los cuáles 143 son de Oaxaca, para marzo la cifra había disminuido a 104 y 88, respectivamente.

Ve también: Los municipios que iniciarán reactivación tienen menos de 100,000 habitantes

En ese entonces, Adolfo Regino Montes, director general del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) agradeció a las autoridades municipales porque gracias a sus decisiones y a su esfuerzo lograron proteger a sus localidades de los contagios.

“Sobre todo a lo valioso que son las decisiones las comunitarias, ustedes han sabido tomar las medidas y sobre todo los controles sanitarios para evitar la propagación del COVID-19 en sus jurisdicciones comunales. Gracias a esta decisión, tenemos municipios que están libres de contagios de esta enfermedad”, aseguró.

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En muchos de estos municipios, la entrada estaba prohibida para los visitantes. Solo permitían el acceso a los habitantes y si alguien salía se le pedía incluso cuarentena. En otros también, usar cubrebocas era obligatorio y no hacerlo generaba multas.

“Hay poblaciones indígenas en nuestro país que comúnmente hacen burbujas, incluso sociales y de gobernanza, por lo que no es raro que la misma autonomía les haya conferido cierta protección para controlar su interacción social con el resto de la sociedad mexicana”, explica el también el experto de la UNAM.

Es su forma de paliar el poco acceso a la salud con este tipo de restricciones autoimpuestas.
Baruch Díaz Ramírez, coordinador del Centro de Diagnóstico COVID-19 de la Facultad de Medicina de la UNAM

Díaz Ramírez considera que tampoco es una situación definitiva, porque puede ser que no se hayan realizado pruebas y solo que generaron sus “burbujas”, pero esto se sabrá hasta que se haga un análisis posterior y se revise si hubo muertes no esperadas.

Hasta ahora, Villa Talea de Castro, San Francisco Ozolotepec, Santa María Yalina, Santiago Laxopa, San Baltazar Yatzachi el Bajo, Santiago Zoochila, San Juan Chicomezúchil, San Andrés Yaá, San Franciso Teopan, así como Maravilla Tenejapa, Tapalapa, Huitipan, en Chiapas, son algunos de los municipios que permanecen libres –o no se han identificado aún casos– de COVID-19.

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