La designación de Sandoval como una persona involucrada en actos significativos de corrupción también abarca a su esposa, Ana Lilia López Torres; a su hija, Lidy Alejandra Sandoval López, y a su hijo Pablo Roberto Sandoval López.
A la par, ese mismo año, la FGR empezó a investigar al exmandatario por su patrimonio: dos casas adquiridas con dinero en efectivo, cuatro ranchos –uno de ellos de 300 hectáreas– y hasta caballos purasangre.
De acuerdo con las indagatorias, al menos dos casas adquiridas en Zapopan, Jalisco, por 4 millones de pesos en efectivo estaban a nombre de su hija Lidy, aún cuando ella no tenía forma de cubrir ese tipo de gastos, pues entonces era estudiante universitaria.
Además, la Fiscalía General del Estado de Nayarit tiene otras 13 carpetas de investigación abiertas contra el exgobernador por por enriquecimiento ilício, delitos electorales, extorsión y/o despojo de inmuebles, amenazas y falsificación de documentos.
En 2018, la Fiscalía del estado aseguró el rancho El Aután, ubicado en el municipio de San Blas, que cuenta con un lago y que el propio Roberto Sandoval presumió en un video. Pero luego, la propiedad fue recuperada por sus abogados a través de un amparo.
Al exgobernador priista también se le vincula con un desfalco al Fondo de Inversión y Reinversión para la Creación y Apoyo de Empresas Sociales del Estado de Nayarit conocido como FIRCASES.
#QuéPasóCon los exgobernadores en prisión