Fue apenas el 17 de junio pasado que esta localidad —cuyo nombre en mixteco significa “cerro oscuro”— recibió por parte de la administración de López Obrador un cheque por 12.8 millones de pesos, producto de la subasta de autos de lujo de realizada en la antigua residencia oficial de Los Pinos.
Sin embargo, las propias autoridades municipales reconocen que ese dinero no basta para sacar de la miseria a la comunidad, ubicada a unas 10 horas en carretera de la capital del país.
“La mitad de la población no está incluida en Prospera. Esperamos que con el nuevo gobierno realmente lleguen los apoyos”, dice Claudia Arteaga, regidora de salud en el ayuntamiento que encabeza el alcalde Alberto Adelfo Martínez.
Arteaga, primera mujer que ocupa una regiduría en Yucuná, hace énfasis en las necesidades en materia de atención médica. Cuenta que el pasante designado para la localidad solo atiende dos o tres veces a la semana en una clínica en la que faltan medicamentos básicos: naproxeno, paracetamol o suero contra las picaduras de alacrán. De insumos para atender a pacientes en una situación específica, como las mujeres embarazadas, mejor ni hablar.
Lee: 74 de cada 100 mexicanos que nacen en pobreza no logran salir de ella: CEEY