Valle Monroy señala que a menos de un año de las elecciones de 2024, que tendrán lugar el 2 de junio, uno de los desafíos será el cambio constante en la población en prisión preventiva.
“Es muy variante la población en prisión preventiva porque diariamente ingresan nuevas personas, hay otras personas que son condenadas o que salen libres bajo fianza u otra movilidad”, comenta.
Por ello se requerirá colaboración con el Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, a cargo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, así como con el Instituto Nacional Electoral (INE).
El consejero electoral indica que se trabajará con el INE para conocer cuántas personas en prisión preventiva cuentan con su credencial vigente y en caso de que carezcan de ella, ver si los tiempos del proceso electoral permiten que las personas privadas de su libertad puedan tramitar y recibir su credencial.
Además se promoverá el voto informado de las personas privadas de la libertad, pues se busca transmitir los debates entre candidatos y candidatas a la jefatura de Gobierno dentro de los penales e incluir en dichos encuentros el tema de la reclusión, así como establecer un mecanismo para que las personas en los centros de reclusión puedan conocer las propuestas de los candidatos.
Aún no se define cómo las personas privadas de la libertad podrán ejercer su voto, pues en México ya se ha implementado en otras elecciones el voto electrónico y voto anticipado.