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#Crónica | La campaña de Delfina Gómez: menos oposición, la misma esperanza

De ganar la elección del 4 de junio en el Estado de México, Morena y Delfina Gómez, quien compite por el cargo por segunda ocasión, quitarían la joya de la corona al priismo.
lun 29 mayo 2023 11:59 PM
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A su alrededor hay algo de caos: una carrera contra el tiempo en la meta de visitar los 125 municipios mexiquenses durante su campaña electoral, saltos de un extremo a otro del extenso territorio mexiquense; retrasos y muchos horarios que no se cumplen; menos espontaneidad y menos oposición, así fue la segunda campaña de la maestra Delfina Gómez por la gubernatura del Estado de México.

Pese a todo, cientos de seguidores esperan cuanto sea necesario para escuchar el discurso de la maestra de educación básica que se convirtió en política y que busca por segunda vez gobernar uno de los estados fuertes que le quedan al priismo.

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“Es que la esperanza puede más”, dice sonriente Don Pepe, de 70 años, quien soportó la lluvia que el domingo 21 de mayo cayó en Naucalpan y retrasó dos horas el mitin de la maestra en el centro deportivo 21 de marzo, uno de los últimos eventos que encabezó la abanderada de Morena.

Los viejos tenis de este comerciante quedaron convertidos en pesadas botas de lodo y su camisa se mojó y se secó esperando a Delfina. La carpa, que protegería a unas 1,200 personas sentadas en la sillería, resultó estar agujereada por todos lados y las oleadas del ventarrón mandaron directamente el granizo a los espectadores. Casi todo fue un desastre.

Cientos se fueron, dejaron sillas vacías y tiradas en medio del lodazal, pero otros tantos como Don Pepe resistieron.

“Siquiera nos divertimos”, comenta Juanita, de 60 años, otra de las invitadas de la coordinadora Betty, una maestra de escuela de la organización “Tierra y Libertad”, brigadista de Morena y quien invitó al mitin a unos 50 beneficiarios de programas sociales.

Los llevó a las 13:30 de ese día, aunque el evento empezaría a las 16 horas. La maestra Delfina llegó hasta a las 18 horas. Cuatro horas y media después de lo planeado.

Pero Betty los entretuvo con botanas, refrescos, cantando, bailando, gritando porras y arengando, con un refuerzo, de vez en vez: “Ya aguantamos más de 90 años del PRI, ¿a poco no podemos esperar otro rato a la maestra?”, decía para intentar animar a los presentes.

Ante ese escenario de lodazal y sillas vacías, atrás, pero todo el frente lleno y con energía, llegó la maestra Delfina con dos horas de retraso.

En esta, su segunda campaña, ha sido recurrente el rumor de que su salud no es buena y ella no quería ser candidata. Que quien gobernará en todo caso será Horacio Duarte, su coordinador de campaña.

Ante ese público en Naucalpan que la esperó por horas, sé se sinceró pues llegó cansada, tras recorrer 150 escalinatas:

“Casi me quedo con el corazón parado… casi necesito un tanque de oxígeno”, dijo, pues para dejar atrás una carambola en Chamapa y además evadir el tianguis dominical, tuvo que bajar de su auto y cortar camino a pie sin más protección que su tradicional chaleco guinda.

“No es que sea la muy, muy, ni que sea la mejor”, les dice, en un lenguaje que no hay quien no le entienda y eso, quizá, es lo que la vuelve cercana.

Durante las primeras semanas de la campaña fueron Duarte e Higinio Martínez los que acapararon los mítines, centraron el debate, dieron “la nota” y las frases de campaña.

Al final a la candidata le quedaba el cierre, la historia de la maestra que fue invitada por Higinio a participar en política y la convenció de ser alcaldesa de Texcoco. El resto es historia.

“Mi camino empezó en Texcoco hace casi 10 años cuando decidí dar un paso al frente”, se le oía repetir en todos los sitios, mientras a veces hablaba de sus “hijos”, seis cachorros que adoptó y que la acompañan en Texcoco, donde aún vive. Se llaman “Comino”, “Hueso”, “Nala”, “Zeus”, “Osa” y “Japusco”.

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Tras semanas de proselitismo, la maestra ya se animaba a improvisar para dictar una “clase” de 40 minutos, la repetición de su historia, la promesa de que habrá dinero para programas sociales y el llamado a “arrasar” en la elección.

Sólo que el triunfo holgado está en veremos, y fue esa alerta lo único que logró una tregua temporal entre las “corcholatas” presidenciales, que al cierre de la campaña delfinista, este domingo 28 de mayo, no tuvieron protagonismo.

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el coordinador de los senadores guindas, Ricardo Monreal, y el diputado Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo (PT), apenas fueron nombrados en la mañana, en el mitin de cierre, en Toluca.

Más vitoreados que ellos fueron Los Askis y Banda Pequeños Musical, que pusieron a bailar a los guindas en espera de Delfina.

Luego, en la tarde, en el cierre en Chalco, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard pasaron casi desapercibidos, sin subir al templete.

Habrá, ofrece en Chalco, un “renacer moral del estado bajo el liderazgo de ya saben quién”, como llama al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Delfina Gómez durante su cierre de campaña en Toluca, Estado de México.

Vamos –lee en su acordeón la maestra– “a terminar con un siglo de abandono, hemos esperado mucho y a pesar de todo el daño que nos hicieron este pueblo no guarda en su corazón odio, ni revancha".

"Nuestro triunfo será la victoria del amor sobre el odio, de la verdad contra la mentira, ¡Esta será la victoria de la dignidad mexiquense¡”, indicó.

Según los organizadores, 120,000 simpatizantes acudieron a sus dos cierres de este domingo, a quienes la maestra les recuerda que, junto con Morena, PT y PVEM les ha ido “superrequetebién”.

Delfina del 2017 y del 2023, las diferencias

La maestra, que en 2017 fue por primera vez candidata, sí es diferente de esta pues ya fue secretaria de estado: permaneció un año al frente de la Secretaría de Educación (SEP). Antes, también ocupó un escaño como senadora.

Además, en esta nueva batalla electoral hizo eco de nuevo la acusación de que como alcaldesa permitió el presunto cobro de “diezmo” a trabajadores de Texcoco para desviar dinero con fines políticos a favor del Grupo de Acción Política (GAP).

“Fue un fallo que se hizo a un partido. Yo no tuve ninguna situación, sí hubo una sanción a mi partido”, se defendió Delfina Gómez el 20 de abril, en el primero de dos debates con Alejandra Del Moral, la adversaria postulada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional y de la Revolución Democrática (PRD).

Pero fue ese tema el que causó un viraje, pues aunque la bandera de Morena en todo el país ha sido y es la lucha contra la corrupción “del PRIAN”, aquí en el Estado de México el partido guinda hizo señalamientos genéricos.

Nada que ver con amagos del pasado sobre llevar a la cárcel al gobernador saliente, en este caso el priista Alfredo del Mazo, con quien el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una relación amable.

Actualmente Morena cuenta con más prerrogativas que ningún otro partido, incluso que su adversario el PRI: 112 millones 921 pesos, sólo para gastos de campaña. Nada que ver con lo que tenía el partido guinda hace seis años, apenas un tercio de los recursos con los que contaba el tricolor.

En contraste con ese entonces, Morena es el partido con más spots en radio y televisión, 1,278, pero junto con sus aliados fueron más de 2,100, cifra muy pareja con sus oponentes.

Los diputados morenistas son, además, mayoría en el Congreso local y, junto con sus partidos aliados, el PT y PVEM, ese partido gobierna 30 municipios donde viven 7.8 millones de mexiquenses.

Morena ya no es la oposición de antes en el Estado de México, pues gobierna más población en la entidad que sus adversarios, al tener los municipios más poblados: Ecatepec, Nezahualcóyotl, Texcoco, Chalco, Valle de Chalco, Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal, entre otros.

Delfina durante el segundo debate entre las candidatas a la gubernatura del Estado de México.

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Gómez Álvarez criticó durante su campaña la corrupción, los malos gobiernos, la falta de inversión en el campo o para dotar de agua los municipios, el aumento de la inseguridad y los feminicidios, pero ninguna referencia memorable, pues todas son problemáticas que atraviesan también los ayuntamientos gobernados por Morena.

Ofreció mantener apoyos sociales federales y preservar los locales, particularmente “el salario rosa”, el programa innombrable al que jamás llamó por su nombre.

Se comprometió a mantenerlo –al estilo guinda– pues, dijo, hay corrupción y uso electorero. Por eso, anunció que se verificará la lista de beneficiarias y se sustituirá a los coordinadores por unos nuevos.

También hubo un guiño a los priistas, en Atlacomulco, el bastión priista y semillero de exgobernadores, donde ofreció que no peligrarán los empleos de la burocracia mexiquense, ante el temor de que sean corridos apenas Morena pise Palacio de Gobierno, en Toluca.

El otro eje de la campaña fueron las encuestas. Si al inicio de la campaña había 40 encuestas y luego 95 –según Morena– que colocaban a su candidata 20 puntos arriba de Del Moral, ese fue el tema central de los spots que día y noche inundaron radio y televisión y se arengaron en las plazas.

Lo único que no cambió en seis años fue la desesperación de la población mexiquense, la esperanza de un cambio que mantuvo a muchos "Pepes" y "Juanitas" en sus sillas contra viento y marea.

Militantes y simpatizantes de la exsecretaría de Educación durante un mitin de la maestra.

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