El propósito del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México entre 2006 y 2012 es que los ciudadanos conozcan la visión de país que tiene cada “corcholata” para que el ganador de las encuestas que se apliquen en los próximos meses, no sea a quien se ve como el más cercano al actual presidente de la República, sino de quien convenzan más con sus propuestas.
Para politólogos consultados por Expansión Política, realizar debates entre “corcholatas” contribuirá a fortalecer la vida interna de Morena, pero ello beneficiará y perjudicará a algunos de los precandidatos.
“A Sheinbaum no le conviene debatir porque ella tiene el apoyo de Andrés Manuel López Obrador, es la candidata que la gente más ubica, es la precandidata puntera y la candidata a vencer… A Sheinbaum no le convienen los debates, a Marcelo Ebrard sí. Ebrard lo propone porque le conviene, es mucho mejor debatiente, argumenta mejor que Sheinbaum”, explica Javier Rosiles, analista político y coordinador de la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán (UCEMICH).
En algunas encuestas que miden las preferencias de quién podría ser el candidato de Morena, Sheinbaum ocupa el primer lugar, seguida por el canciller Marcelo Ebrard, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal.
En la encuesta realizada por El Financiero , la mandataria capitalina tuvo 48% de aprobación, el canciller 40 y el encargado de la política interna 32%. En un ejercicio realizado por Reforma , Sheinbaum tiene 31% de apoyo para ser la abanderada de Morena, Ebrard 25%, Adán Augusto 5% y Monreal 4%.
“Por estrategia, el candidato puntero no debe ir a los debates porque ya tiene la ventaja”, agrega Rosiles.
El canciller pasó de las palabras a los hechos y ya planteó el tema de manera formal al líder nacional de Morena, Mario Delgado y propuso fechas tentativas: la primera en los meses de julio-agosto de 2023 y en la cual participarían todos los que se inscriban y un segundo debate en octubre de ese mismo año en el que solo estarían “los más aventajados”.
La jefa de Gobierno en un primer momento accedió a la propuesta del canciller, sin embargo, después se negó.
“Sí (participaría), pero hay que ver cómo. Tiene que definirlo nuestro partido, hay que ver en qué momento y cómo sería. Por supuesto, a todo lo que convoque Morena, ahí vamos a estar”, dijo el 8 de diciembre pasado.