Las cuentas que deja Carlos Joaquín
En septiembre próximo será la toma de posesión del o la nueva gobernadora y con ello acabará el sexenio de Carlos Joaquín González –quien llegó al puesto impulsado por la alianza entre el PAN y el PRD–, marcado por la violencia y ataques armados a plena luz del día, al pie de las playas e, incluso, dentro de un complejo hotelero.
En 2016, cuando Joaquín tomó la titularidad del Ejecutivo estatal, se registraron las tasas más bajas de delitos cometidos por cada 100,000 habitantes. En agosto de aquel año la tasa se fijó en 117.86 delitos, pero tres años después la cifra escaló hasta los 398.31 delitos por cada 100,000 habitantes, de acuerdo con datos del Observatorio Ciudadano de Seguridad y Género de Quintana Roo.
Los delitos de alto impacto, las extorsiones y relacionados al narcotráfico escalaron de manera exponencial hasta que la pandemia los frenó, lo que no ocurrió, sin embargo, con los delitos contra la mujer. Si en 2016 se abrieron 165 carpetas de investigación por homicidio doloso, para 2018, el año con el récord más alto, se iniciaron 763, un crecimiento de 262.4%, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Con la pandemia, la suspensión de actividades no esenciales y el encierro voluntario pudieron frenar algo la tendencia. En 2020 se registraron 581 carpetas por dicho delito y en 2021, 585. Asimismo, las carpetas de averiguación previas iniciadas por la Fiscalía General del Estado (FGE) por el delito de extorsión pasaron de 41 en 2016 a 109 en 2021; por narcomenudeo, de 582 a 1,279, y por feminicidio de cero a 25.
Los delitos contra la libertad y la seguridad sexual, donde se incluye el abuso, acoso, hostigamiento sexual, la violación y el incesto, pasaron de 675 en 2016 a 2,553 en 2021, un crecimiento de 278.2%. El sexenio será recordado, también, por haberse cometido uno de los hechos de violación a los derechos humanos más grave de la historia reciente: la represión de una manifestación feminista y pacífica en Cancún, el 9 de noviembre de 2020, cuyo saldo fue el de tres personas, dos reporteros y una civil, heridas de bala.
Aunado a que en los últimos meses, la disputa territorial entre organizaciones criminales ha dejado como consecuencia ataques armados, cada vez más frecuentes, en zonas turísticas e, incluso, a plena luz del día, como la ocurrida la tarde del 21 de enero pasado, cuando un sicario ultimó a dos personas de una banda criminal diferente dentro de las instalaciones del hotel Xcaret, un hecho sin precedentes.