Se persigue con dureza a los opositores pero se persigue con benevolencia a quienes son cercanos a quienes son cercanos al poder y sobre todo a la corriente de un determinado partido político.
Jorge David Aljovín, especialista en Derecho Electoral
La terna que compite por ser el próximo fiscal para la atención de delitos electorales está formada por Raymundo Guzmán Corroviñas, Maribel Lima Moreno y Daniel Osorio Roque, luego de que terminara el periodo de Alma Elena Sarayth (2020-2024) quien al igual que su homólogo Anticorrupción decidió no buscar la reelección.
Mientras el resto de los cargos son designados directamente por la persona al frente de la Fiscalía General de Justicia (FGJ CDMX), ahora encabezada por Bertha María Alcalde Luján–, estas fiscalías especializadas pasan por un proceso que incluyen evaluaciones, controles de confianza y entrevistas realizadas por un Comité Judicial Ciudadano (CJC), para después elegir a una persona por el voto de tres cuartas partes de las y los diputados de la capital.
Sin embargo, Aljovín considera que este proceso no ha permitido tener fiscales independientes de grupos políticos en la capital, comenzando por la propia titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad, quien es hermana de la presidenta nacional del partido Morena, Luisa María Alcalde Luján.
“Estos mecanismos no han sido suficientes, ¿si no porqué Bertha Alcalde ocupa la titularidad de la Fiscalía de la Ciudad de México? Es un total atentado con la figura de lo que llamamos el nepotismo”, advierte.
Las personas aspirantes para encabezar la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales están en proceso de ser entrevistadas y evaluadas por la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, la cual se espera elija a una persona para cada dependencia y esta se someterá al voto del pleno del Congreso.