'Te quedas estancado'
Gilberto es parte de las 1.7 millones de personas que tiene alguna discapacidad o limitación para moverse en la Ciudad de México; relata que por ubicarse cerca de su domicilio, tiene que usar constantemente la estación General Anaya de la línea 2 del Metro.
Dice que uno de los principales obstáculos es que no todas las estaciones del Metro cuentan con servicio de rampas o elevadores para que una persona en estas condiciones pueda viajar de manera segura. Por ello, a diario tiene que planear bien sus traslados.
Por ejemplo, hay elevadores en los que una persona en silla de ruedas no puede entrar, si lo logras y llegas a una estación que no tiene infraestructura, pues ahí te quedas estancado”.
Gilberto Álvarez
Una vez que Gilberto ingresa a las instalaciones enfrenta el reto de ingresar a los vagones, pues, dependiendo del horario, algunos van llenos y los pocos segundos entre la apertura y el cierre de puertas le hacen pasar momentos de estrés y miedo ante el riesgo de que las puertas puedan dañar su silla o causar otro accidente.
“Aunque tú te vayas en el primer vagón, por ejemplo, no hay nadie que indique al operador que ya ingresaste o que ya saliste como usuario de silla. Entonces te comento, eso te pone en riesgo incluso de la vida, de tu seguridad, hablo de las personas con problemas para caminar, pero (también) hay riesgo con quienes tienen debilidad visual” apunta.
Al cierre de 2024, el Sistema de Transporte Colectivo Metro contaba con 184 elevadores -distribuidos en 192 estaciones-destinados al uso exclusivo de adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con alguna discapacidad. Pero su distribución y operatividad representan otro desafío en materia de accesibilidad.
La línea 12, al ser la más reciente de la red, destaca por su infraestructura inclusiva, ya que todas sus estaciones están equipadas con elevadores y rampas de acceso. En contraste, otras líneas más antiguas muestran carencias notables.
Por ejemplo, la línea 7, una de las más profundas de toda la red, solo dispone de elevadores en la estación Rosario, ubicada a nivel de superficie, de igual manera en la línea 4, cuyo recorrido es mayormente elevado, únicamente la estación Martín Carrera ofrece este servicio.
En un recorrido realizado por diversas estaciones, se encontraron elevadores funcionales, aunque carecían de personal del Metro o de la Policía Auxiliar para orientar a los usuarios sobre su uso.
La mayoría de los elevadores se activan con el uso de una tarjeta denominada “Libre Acceso”, ello para evitar que personas que no sean de la población beneficiada con este servicio, puedan utilizarlos.
Algunos elevadores, como el instalado en la estación Velódromo de la línea 9, aunque se encontró en operación, se halló con rastros de orina de personas que transitan por la zona, lo que los hace incluso insalubres y peligrosos para personas que ocupan silla de ruedas o muletas para acceder al servicio.