El SLA CDMX representaba la posibilidad de tener una fiscalización del actuar de los servidores públicos que no se vea influida por intereses de partido, considera la representante de Ruta Cívica.
“Sería muy importante el que no se usara de manera partidista, ¿qué quiere decir eso? Estamos viendo ahora si las alcaldías de oposición son las más o las menos corruptas, si es el gobierno o las otras alcaldías y metan a la cárcel a unos cuantos y a otros no.
“Pareciera que no solo sigue existiendo la corrupción en gran escala, sino que también la ley y el combate a la corrupción tienen un uso político”, señala Tapia.
Por su parte, la encargada Anticorrupción en IMCO advierte que la Ciudad de México tiene un rezago grave en cuanto a su sistema local.
“Sin duda alguna, el caso de la Ciudad de México presenta un rezago importante porque se desintegra el Comité de Participación Ciudadana, con ello el Comité Coordinador y la Secretaría Ejecutiva del Sistema Local Anticorrupción porque ya no hay más espacio de maniobra”, explica Avendaño.
La corrupción son aquellas prácticas que afectan la calidad de vida de la ciudadanía en última instancia por un mal manejo, un mal uso de recursos o de funciones.
Fernanda Avendaño, coordinadora Anticorrupción en IMCO
Los tropiezos del Sistema Anticorrupción de la CDMX
El SLA CDMX arrastra un camino de tropiezos en la capital: la Ley del Sistema Anticorrupción de la Ciudad de México tuvo que ser corregida y aprobada por segunda vez en febrero de 2020, luego de que la primera fuera invalidada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Se nombró un primer Comité de Participación Ciudadana pero al quedar sin validez la primera ley; entonces, se tuvo que reponer todo el proceso.