La activista señala que el Comité de Participación Ciudadana no ha cumplido con su propósito de ser el enlace con los ciudadanos.
“El fin del CPC era que la ciudadanía estuviera involucrada en el combate a la corrupción y que hubiera un órgano de cierta forma autónomo del propio Estado. Hay denuncias metidas en contraloría que no sabemos qué ha pasado; adentro algunas denuncias por voluntad las investigan y otras por voluntad no las investigan. El CPC debería estar vigilando que todas se investiguen y sancionen, que exista un sistema amplio de prevención de la corrupción”, señala Tapia.
Se ha visto que hasta el momento, no hay ninguna voluntad para que el sistema funcione”.
Édgar Téllex, expresidente del CPC
Al frente de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción fue nombrado por el congreso local, Rafael Chong Flores, un funcionario cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que para Tapia, comprometió desde el inicio su funcionamiento.
“Fue impulsado (para fiscal anticorrupción) un candidato del gobierno federal que ni siquiera sabía ni tenía antecedentes de combate a la corrupción. Sin Sistema (Local Anticorrupción) el fiscal es un sujeto más de la burocracia de la Fiscalía, que depende de la fiscal general (Ernestina Godoy), quien también iba a ser autónoma del gobierno, pero fue nombrada por Claudia (Sheinbaum, jefa de Gobierno)”, explica.
La representante de Ruta Cívica apunta que si bien la jefa de Gobierno tuvo como uno de sus ejes de campaña el combate a la corrupción, esto no se ha reflejado durante el actual gobierno, salvo en la investigación y sanción de delitos cometidos por funcionarios de la anterior administración.
“Las actuales administraciones no apostaron al sistema, en particular en lo nacional, pero recuerdo que Claudia Sheinbaum sí le apostaba. Tenía en campaña buenas propuestas en cuanto a la fiscalía y el Sistema Anticorrupción y como que al tomar posesión, ese ánimo de combate a la corrupción desapareció”, comenta.