En 2012 ya estaba consolidada esta organización criminal, con decenas de elementos de la policía capitalina cooptados. Además, contaban con un centenar de mototaxistas que fungían como halcones -informantes- en diversas calles de la demarcación.
El poder del cartel del Tláhuac se extendió a alcaldías como Xochimilco, Iztapalapa, Milpa Alta, parte de Chalco, en el Estado de México, y Coyoacán, en esta última demarcación lograron crear una red de narcomenudeo al interior de Ciudad Universitaria.
Bajo el cobijo de las facultades que otorga la autonomía universitaria, un grupo de trabajadores del Cártel de Tláhuac mantenían el control de la venta de marihuana y cocaína, entre otros estupefacientes, dentro y fuera del campus.
Tras la muerte de Felipe de Jesus Perez Luna en 2017, solo quedó Gregorio Sandoval como fundador del cártel de Tláhuac. Ahora será procesado por delitos de narcomenudeo, posesión de armas y los que acumule en los próximos meses.
Tras el abatimiento de “El Ojos”, todos sus hijos intentaron tomar el control, pero rápidamente fueron detenidos y procesados penalmente, tal es el caso de Diana Karen Perez, “La princesa de Tláhuac”; Samantha Perez, “La Sam”; Felipe de Jesús Perez, “El Felipillo”. y Kevin Pérez, este último detenido a los 14 años por intentar secuestrar a una adolescente en Tláhuac.