Con un examen escrito, una prueba de conocimiento sobre sus vehículos y una demostración de sus habilidades sobre dos ruedas, han comenzado los exámenes para motociclistas en la Ciudad de México.
Quienes se muevan en moto en la capital ahora deberán contar con una de las dos nuevas licencias aprobadas por la Secretaría de Movilidad (Semovi): A1, para motocicleta, o A2, para auto y motocicleta.
Los conductores deben atravesar tres etapas. Primero, un cuestionario de opción múltiple sobre los derechos y las obligaciones de motociclistas, así como sobre Reglamento de Tránsito, equipo de seguridad y normas básicas de convivencia vial.
A esto le sigue la revisión físico-mecánica de la motocicleta, en la que el usuario debe demostrar el estado de su vehículo, identificar su correcto funcionamiento o fallas, así como conocer las principales piezas —como balatas, frenos, manillar y sistema eléctrico— junto con su función.
El tercer paso es la prueba práctica en uno de los centros evaluadores. Esta puede consistir en cuatro o cinco tareas relacionadas con el equilibrio, frenado y uso de clutch, por ejemplo.
Antonio Padilla, de la alcaldía Benito Juárez, lleva 12 años con la motocicleta como su compañera en el camino.
Aunque cuenta con una de las licencias permanentes emitidas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno, fue uno de los primeros en acudir para obtener su licencia especial.
Para Antonio, es importante que los motociclistas tengan los conocimientos y la habilidad para manejar de forma segura en la ciudad, pues se mueven en un ambiente hostil en comparación con otras ciudades del país.
"Muy poca gente es consciente de cómo manejar una motocicleta y cómo conducirse dentro del tráfico", dijo en entrevista.
"En la Ciudad de México es más agresiva la gente; entonces, conduce de una manera más ofensiva. Inclusive, hay quienes te dicen de groserías solamente por ir pasando en la moto, porque creen que estar en un automóvil sí es importante, minimizan la importancia de la motocicleta".
Con la experiencia a su favor, pudo realizar el examen de manejo, que incluye dos tramos en zigzag, así como un circuito "en ocho" y una prueba de frenado.
Pese a la dificultad para controlar el volante con algo de gravilla suelta en el camino y recordar artículos específicos del Reglamento de Tránsito, Antonio pudo concluir el examen.
Valentina Delgado, directora de Seguridad Vial, explica que la creación de las licencias A1 y A2 se realizó junto a organizaciones de motociclistas como respuesta al incremento de muertes e incidentes graves.
"Lamentablemente, el involucramiento de motocicletas en los hechos de tránsito en la Ciudad de México ha venido aumentando constantemente; hoy, en el 55% de los hechos de tránsito donde hay lesionados graves o fallecidos hay una motocicleta involucrada", expuso.
"Los motociclistas son los más interesados en salvar vidas de sus compañeros y compañeras. Se ha trabajado de la mano con los grupos y los grupos son los primeros que quieren una licencia".
La funcionaria de la Semovi reconoce que el efecto no será inmediato, pero a mediano plazo se espera ver una reducción en la cantidad de motociclistas víctimas en hechos de tránsito.
"La mayoría de los hechos fatales con motocicletas involucradas son derrapes, lo que significa que no hay otro vehículo involucrado, por eso en la ciudad estamos trabajando mucho temas de infraestructura, pero también la pericia y los conocimientos que tengan los y las conductoras", señaló.
