Mónica Rabasa ha tenido que partirse en tres ante el COVID-19: cuidar a su madre y su tía de 95 y 96 años, es el sustento de sus dos hijos y debe seguir el estado de su esposo, quien lleva más de una semana internado en el Hospital Enrique Cabrera.
Llegó desde las seis de la mañana para asegurarse de alcanzar una de las 200 fichas que se reparten en el macroquiosco instalado en la explanada afuera del Metro Mixcoac.
“Me tengo que partir en tres: entre mis hijos, mi esposo, mi familia que es mi mamá y mi tía y mi trabajo; debo trabajar para darles el sustento a mis hijos, ellos están solos, no está nadie con ellos y eso me tiene muy angustiada”, dice en entrevista.