“Los modelos utilizados en otras ciudades se hacían con base en el número de infectados, y dicha información no estaba disponible al nivel necesario para las estimaciones en la Ciudad”, señala informe de labores de la mandataria.
Desde el inicio de la epidemia, el gobierno federal aplica el modelo Centinela para vigilancia epidemiológica, con el que no se aplican pruebas masivas a la población para detectar a personas contagiadas, sino se recopila una muestra representativa de los casos para estimar el comportamiento de la misma.
Para llenar este vacío, se diseñó un modelo basado en el registro de hospitalizaciones en la capital, en lugar del número de casos confirmados del virus SARS-CoV-2, que a la par sirvió para llevar un monitoreo de las camas ocupadas por pacientes, y con ello determinar dos acciones esenciales: la reconversión de hospitales y el inicio del confinamiento de los habitantes de la capital, expone el texto.
El documento resalta que contar con información propia recolectada de cada hospital permitió conocer a detalle la ocupación de cada uno de ellos, para garantizar el derecho a la salud con equipo y personal médico necesario, así como con camas disponibles para las personas que lo necesitaran.
Sheinbaum destaca también el uso de la innovación para enfrentar la emergencia sanitaria en en la Ciudad de México que forma parte del Valle de México, una zona metropolitana con 22 millones de habitantes en total.