La última vez que Abel Villegas Hernández trabajó fue hace dos meses, cuando el 14 y el 15 de marzo laboró en la logística del Vive Latino, el último evento masivo en la Ciudad de México antes de que estos quedaran suspendidos por la epidemia de COVID-19.
El hombre pasó de estar en el Foro Sol colocando vallas y cables a esperar en una fila frente al ComeMóvil instalado cerca del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), en la zona de hospitales de Tlalpan, al sur de la capital del país.
“Dicen que no hay que salir, ¿pero qué hacemos? Desde que supimos que lo pusieron vengo a diario a aquí, si no hay trabajo. Ahora ya viene más gente porque se dieron cuenta de que no hay dinero, esto te ayuda en algo, ya te hace el paro”, dice, mientras aguarda a que comiencen a servir la comida.