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#HéroesSinCapa: Brigadas llevan a las calles la batalla contra el COVID-19

Armados con cubrebocas, goggles y gel antibacterial, brigadistas recorren la Ciudad de México e intentan evitar contagios entre las personas que viven y duermen en las calles.
jue 14 mayo 2020 10:00 AM
Brigada de Calle
En sus recorridos, los brigadistas pueden encontrarse con reacciones agresivas, con insultos o con indiferencia.

Dormida envuelta en una cobija en la Plaza San Lucas —a unos pasos del Metro Pino Suárez—, una joven es una de las muchas personas que pasan la emergencia sanitaria por el COVID-19 en las calles de la Ciudad de México.

“¿Qué día es hoy? Ya casi es Día de la Madre”, dice con los ojos llorosos, después de que miembros de la Brigada de Calle la despiertan para tomarle la temperatura y limpiar sus manos con gel antibacterial.

De repente, comienza a reír incrédula, una vez que los funcionarios le explican que este año el Día de las Madres se celebrará hasta julio.

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La joven no dice su nombre pero recuerda que desde los 13 años comenzó a vivir en la calle. Ni una sola vez ha aceptado ir al albergue de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), pese a la oferta de recibir ahí comida caliente y una ducha. Del mismo modo, tampoco la convence el riesgo de enfermar.

Sin embargo, los miembros de la brigada no pierden la esperanza. “Vamos a estar viniendo, cuando quieras te acercas a nosotros y te llevamos al albergue”, le dicen al despedirse.

Quienes integran Brigada de Calle recorren plazas y parques para intentar prevenir los contagios, pues “quedarse en casa” es una recomendación que no pueden seguir quienes no tienen hogar.

La siguiente parada es el Teatro Blanquita, cuya explanada fue rodeada con una malla que expulsó a quienes habitaban entre las jardineras y la escultura de la actriz María Victoria.

Jorge Alberto García Ramos aprovecha que una cámara lo capta para mandar un saludo a su madre. Lo hace desde la banqueta de Eje Central esquina con Mina, donde ahora pasa el día con el resto de sus compañeros de calle.

“¿Cómo se llama tu mamá?”, se le pregunta. Entonces, el hombre se quita los lentes para secar sus lágrimas. “Ya estuvo, porque ya me olvidé”, responde.

Personas en situación de calle
Las autoridades de la Ciudad de México buscan evitar contagios de COVID-19 entre las personas en situación de calle.

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Jorge se deja tomar la temperatura, aunque varios de sus compañeros intentan ahuyentar a los integrantes de la brigada y les exigen no regresar si no es con comida y ropa nueva para todos.

Con 20 años de experiencia trabajando con población en situación de calle, Víctor Daniel García, quien coordina una de las brigadas, sabe cómo mantener la calma ante quienes reaccionan con insultos, agresión o indiferencia.

Aunque con la epidemia de COVID-19 varios de sus compañeros renunciaron o fueron enviados a casa por pertenecer a grupos en riesgo, Víctor trabaja hasta 16 horas al día durante la actual emergencia.

“Siempre he creído que un servidor público debe estar en la primera línea. Quienes se quedaron a enfrentar esto para mí son los más valiosos”, dice, mientras se prepara para atender el siguiente punto: la Plaza Garibaldi.

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Alrededor de 57 brigadistas visitan parques, plazas y esquinas para repartir entre las personas en situación de calle cubrebocas y gel antibacterial.

Además, cuentan con la Unidad Médica Móvil Tika con personal y equipo médico, así como con una ambulancia para traslados en casos de intoxicación u otro padecimiento. Si se llega a detectar un caso de COVID-19, realizan el enlace con la Secretaría de Salud local para el envío de una ambulancia especializada en el traslado de gente contagiada.

Las personas sin hogar ni redes de apoyo representan uno de los grupos más vulnerables durante el pico de contagios que vive la capital, por lo que los integrantes de la brigada intentan convencerlas de ir al Centro de Asistencia e Integración Social (CAIS) Coruña.

“Es una población totalmente vulnerable, ante estas circunstancias de emergencia sanitaria, mucho más”, señala Mónica Laura Segura Díaz, coordinadora de Atención Emergente del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la Sibiso.

“(Coruña) es un albergue donde pueden contar con techo para no pasar esta contingencia en la calle, cuentan con diferentes servicios sociales: alimentación, baño, actividades culturales”, explica en entrevista con Expansión Política.

La intención es que ellos disminuyan sus salidas para que no se expongan a estar en la calle y poder contagiarse, pero que tampoco les gane la ansiedad de estar encerrados”.

Brigadistas
En la actual contingencia, los brigadistas toman sus propias precauciones para evitar contagios.

Para la coordinadora, estas personas deben enfrentar con frecuencia una doble adicción: la primera, a la propia calle; la segunda, a las drogas.

Por ello, Segura ve un lado positivo dentro de la emergencia sanitaria: las personas en situación de calle son más abiertas a la idea de ir al albergue y mantenerse dentro por periodos más largos.

“Dentro de lo malo que puede parecer lo que está pasando ahora, a nosotros nos ha dado la oportunidad de tener un trabajo más cercano con ellos y el reto es mantenerlo”, dice.

“Al interior se dan talleres y entre ellos se motivan: si uno canta, el otro quiere acompañarlo con la guitarra o uno se acuerda de que sabe hacer cartonería. Una vez que ven al otro, se empiezan a contagiar y decir: ‘Yo quiero también’. No solo el COVID, también las cosas buenas pueden ser contagiosas”, afirma.

Las brigadas monitorean a las personas en situación de calle y se apoyan en los reportes de ciudadanos, vía llamada al 55-5519-1754 o por WhatsApp al 55- 4609-3034, para así enviar un equipo y dar atención a quien lo requiera.

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