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Policías capitalinos enfrentan pandemia de COVID-19 entre miedo e incertidumbre

Hasta ahora han perdido la vida tres uniformados de la Ciudad de México y 20 más han dado positivo a COVID-19.
vie 08 mayo 2020 06:00 AM
Policías capitalinos
INCERTIDUMBRE. Entre algunos uniformados, la muerte por coronavirus de tres elementos de la Secretaría de Seguridad capitalina ha generado temor de continuar en las calles.

La muerte de otro policía a causa del COVID-19 ha prendido las alarmas entre los uniformados de la Ciudad de México, la entidad con mayor número de casos y decesos por este virus.

Si bien algunos agentes tienen claro que su labor más que nunca es esencial tanto para apercibir a la población a no salir de su casa como para resguardar tiendas y prevenir que no haya saqueos, hay otros que se sienten vulnerables porque saben que salir a las calles los expone a contraer coronavirus y más aún, por el uso compartido del equipo como los chalecos antibalas.

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“Raúl”, quien trabaja en la policía preventiva desde 2006, asegura que los casos de los uniformados que perdieron la vida a causa de este virus han generado miedo e incertidumbre entre algunos elementos.

“Siendo policías sabemos que no tenemos garantizado regresar a casa después del trabajo, pero por el coronavirus, esa posibilidad disminuye”, señala en entrevista con Expansión Política.

El policía afirma que la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México no ha les ha proporcionado un protocolo sobre cómo realizar su labor en la calle para protegerse de COVID-19, sin embargo, explica que desde que llegó el primer caso de coronavirus a México, él ha incrementado sus medidas de higiene y prevención.

A diario además de vestir su uniforme, se coloca guantes, cubrebocas y no sale sin su gel antibacterial, pues sabe que como cualquiera, está expuesto a contraer este virus, el cual ha dejado más de 2,000 muertos en México y más de 20,000 contagiados.

Explica que en su sector, Xochimilco, varios uniformados están “relajados y despreocupados” porque no han tenido casos confirmados de COVID-19, sin embargo, los que están adscritos al sector Nápoles sí están temerosos.

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“Joaquín” es otro policía capitalino, y al igual que “Raúl” prefiere el anonimato para contar cómo se vive el día a día como uniformado de sector Pradera, en la delegación Gustavo A. Madero.

“El miedo se vive diariamente”, asegura cuando se le pregunta cómo es ser policía en la fase tres de la pandemia por COVID-19.

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De acuerdo con el uniformado, quien desde hace 15 años ha trabajado como policía auxiliar y ahora como preventivo, la Secretaría de Seguridad solo se ha limitado a “remitir una circular donde dan recomendaciones de sana distancia” para efectuar su trabajo, pero no les ha proporcionado prácticamente ningún insumo de protección por lo que los oficiales deben comprarlos con su sueldo.

“Solo nos dan un cubrebocas para todo el día, para una jornada de trabajo que va de 13 a 15 horas. También nos dan unos guantes, pero, por ejemplo, los míos ahorita ya se empezaron a abrir porque no son de uso rudo, mis guantes tienen ollitos”, comparte.

Él ha decido destinar una parte de su sueldo para adquirir material de protección, especialmente para gel antibacterial, cubrebocas y un alcohol en aerosol que le sirve para desinfectarse cuando su turno concluye para evitar la propagación del virus a su esposa e hijos.

Hace algunos días, circuló entre los uniformados un audio en el que un supuesto mando de la SSP agradecía el esfuerzo durante esta pandemia como un esfuerzo para transmitirles certidumbre.

“Sabemos que ustedes tienen un temor por su salud, incertidumbre y preocupación por el bienestar de sus familiares queridos y a pesar de ello salen a trabajar todos los días con un compromiso por la ciudadanía. Sabemos que en la policía el superar obstáculos y esforzarse más es una constante, así que bien sabemos que esta no será la excepción, sino una oportunidad más para corroborar que contamos con compañeros fuertes, valientes y con una vocación de servicio”, se escucha en el audio al que tuvo acceso Expansión Política.

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Sin embargo, esa tranquilidad no ha permeado entre todos los uniformados. A algunos les da miedo estar expuestos a los contagios ya sea por su contacto directo con la población o por compartir equipo de protección con sus compañeros.

“Raúl” cuenta que, pese a la pandemia, los uniformados siguen compartiendo chalecos antibalas, lo que incrementa sus posibilidades de contraer el virus porque si un uniformado durante su jornada, sin saberlo, contaminó su chaleco, su relevo podría enfermar.

“Puede haber compañeros que sean sospechosos de la enfermedad porque por ejemplo si yo entro en el primer turno y ese compañero utilizó el chaleco ayer en la noche, me lo dotan a mí. Yo termino mi turno, se lo doy a otro compañero, porque no tenemos un chaleco asignado para cada uno, por lo que es un foco de infección”, comenta.

Esas mismas prácticas denuncia "Joaquín", quien asegura que en el sector al que está adscrito y al que tiene que acudir diariamente a entregar el equipo no hay ninguna medida de sanitización.

“A la hora de llegar al armería, nos tienen a todos amontonados y hasta la hora que el director indique, a esa hora te desarmas, pero no hay medidas de sana distancia. Además, compartimos el arma, el chaleco antibalas, candados de mano, y nadie lo sanitiza”, explica.

Menciona que tampoco en los vestidores hay medidas de higiene ya que en un cuarto de seis por seis metros, hay decenas de compañeros que se tienen que uniformar.

“Aunque uno tome sus medidas de higiene, compre sus artículos de limpieza, pero y el lugar donde nos cambiamos, no hemos visto que hagan sanitización de nada”, afirma.

Hasta ahora en la Ciudad de México han muerto tres uniformados y se reporta el contagio de 20 más. El último deceso fue el de Julio “N” quien era Policía Segundo y quien fue diagnosticado con coronavirus el 20 de abril.

Pero pese a esa incertidumbre, “Raúl” afirma que no puede parar porque sabe que quizá más que nunca su labor es necesaria no solo para salir a las calles en una patrulla para perifonear y recomendar a los ciudadanos quedarse en casa para evitar que incremente el número de contagios en la capital del país, también para realizar medidas de prevención y evitar que la inseguridad crezca.

Reconoce que le decepciona que hay en algunas zonas de la ciudad donde la gente se mantiene escéptica a la existencia del coronavirus, algo que le genera impotencia al ver que hay quienes siguen saliendo a las calles sin cubrebocas, cuando los policías lo hacen por necesidad con el riesgo de que pueden perder la vida y dejar a sus familias en el desamparo.

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