No obstante, la mayoría de los tianguistas optó por acudir a su cita semanal, adecuándose a la contingencia usando cubrebocas, guantes o despachadores de gel antibacterial.
De hecho, algunos comerciantes vieron una oportunidad de negocio y decidieron ofrecer alcohol en gel, en presentaciones que iban del medio litro al litro, con precios de entre 30 y 100 pesos, aunque muchas de estas botellas no tenían marca ni daban más detalles sobre las características del producto.
“Es que los mexicanos tenemos mejores anticuerpos”, decía un vendedor a otro.
El domingo pasado, el coronavirus era un asunto común entre tianguistas y compradores, pero no así la “sana distancia”. En una esquina, un grupo de 15 personas pasaba la tarde reunido en un pequeño espacio, mientras unos metros más adelante, cerca de avenida Gran Canal, dos mujeres abrían caguamas para vaciar la cerveza en vasos y prepararse micheladas.
Cuestionado sobre las medidas dispuestas por la GAM, un trabajador de la alcaldía —quien pidió no ser identificado— dijo que hasta ese momento los funcionarios no habían recibido órdenes por parte del alcalde Francisco Chíguil en el sentido de vaya a haber restricciones en estos lugares.
El funcionario local comentó también que se les había pedido vigilar que en los puestos de comida los vendedores usen cubrebocas, delantal y cofias o redes para el cabello, además de que ofrezcan gel antibacterial para su clientela.