84% de los fondos destinados para renovar la Línea 1 fue para obras “estéticas”

De acuerdo con información de las bitácoras del Metro, el tren que se encontraba en Observatorio se quedó sin presión de aire, lo que dejó inactivos los frenos.

Mientras el conductor atravesaba los vagones para intentar llegar a la cabina del otro extremo y recuperar presión, el tren avanzó hasta alcanzar una velocidad de 70 kilómetros por hora y finalmente impactarse con otra unidad.

El gobierno capitalino todavía espera los resultados de un peritaje sobre lo sucedido, pero el desgaste de los trenes, su falta de mantenimiento, la escasez de refacciones y las fallas en los sistemas de comunicación interna son problemas documentados desde hace tiempo y que han arrastrado varias administraciones de la CDMX.

Durante el sexenio de Mancera, el gobierno prometió mejorar las condiciones del Metro con los recursos obtenidos del aumento al precio del boleto de tres a cinco pesos. A partir del incremento, se estableció el Fideicomiso Maestro del Metro (Fimetro), en el cual se concentró el dinero, y también se crearon nueve proyectos para la renovación de la red.

Para el proyecto “Renovar íntegramente la Línea 1 y remodelar sus estaciones”, se firmó un total de 28 contratos entre 2015 y 2018. De ellos, 25 se destinaron a la sustitución de pisos, muros y plafones, poner luminarias LED, instalar elevadores y renovar de baños.

Solo dos contratos fueron para la rehabilitación del cajón estructural y del sistema de vías, con licitaciones realizadas en 2015 y 2016, y cuyo avance hasta marzo de 2019 era de apenas el 5%.

¿Cómo se gastaron los 805 mdp?

De los fondos destinados a la Línea 1, el 84% fue para renovación estética y remodelación de estaciones (675 millones de pesos), mientras que el 16% restante fue para rehabilitación de infraestructura y vías (130 millones de pesos).

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Esto significa que la remodelación de 19 estaciones se priorizó sobre las necesidades determinadas en el diagnóstico presentado por la empresa SYSTRA en 2014, cuando ya se advertía de problemas estructurales en la línea. Algunos de ellos eran:

• Equipos y componentes obsoletos del sistema de pilotaje automático.
• Se debía renovar casi la totalidad del sistema eléctrico, cuya vida útil varía entre 35 y 50 años, mientras que para 2014 la mayoría de los equipos tenía 44 años.
• Durmientes en mal estado (desgaste en riel de seguridad en curvas y pista metálica con fracturas frecuentes, desgaste de barra guía).
• Fatiga en el recubrimiento de conductores de alta tensión, instalados desde 1969.
• Daños en cable de tracción por exposición a humedad.

“La ejecución de este proyecto perdió su objetivo original de renovación de infraestructura de sistemas por el de remodelación de estaciones, a pesar de la existencia de un diagnóstico sólido”, advierte el informe Transparencia Fimetro.

“Las adjudicaciones para el proyecto han estado destinadas principalmente a la renovación y remodelación ‘estética’”, agrega.

Además, de los contratos 25 para arreglos estéticos, nueve fueron modificados con un precio mayor para añadir la realización de trabajos adicionales, como cancelería, herrería, acabados y alumbrados. Esto incrementó el total entre 16.66% y 19.99%.

“No hay evidencia documental que explique por qué o quién, a pesar del diagnóstico pagado a SYSTRA, decidió cambiar la orientación del proyecto de infraestructura de sistemas a la realización de trabajos de renovación estética de la infraestructura externa”, explica el informe.

Un segundo proyecto con aún más recursos fue la adquisición de 45 trenes para la Línea 1, con un presupuesto de 1,307 millones de pesos. Sin embargo, solo se realizó un contrato para la compra de 10 nuevos trenes, por lo que convoyes como los que se impactaron en Tacubaya el pasado 10 de marzo, que datan de 1965 y 1983, a la fecha continúan circulando.