Luego del primer puente en medio del primer caso de la nueva cepa coronavirus en el país, los capitalinos regresaron a su vida cotidiana en un transporte saturado en el que pretenden evitar un contagio de COVID-19 en vísperas de que la pandemia escale a su segunda fase.
En la Línea 1 los pasajeros se amontonaron para entrar a los vagones con dirección a Observatorio, donde cerca de las 8:00 horas era difícil acceder incluso a los andenes en estaciones como Pantitlán y San Lázaro.
La Línea 1 abrió por primera vez en una semana por completo, luego del cierre del tramo entre Tacubaya y Observatorio por el choque entre dos trenes y el de Pantitlán por una fuga de gas.
"Le digo que no toque nada en el vagón y lo traigo con cubrebocas, pero no sé si sirva cuando aquí estamos unos sobre otros", señaló Leticia Zavala, de 41 años, mientras esperaba la oportunidad de subir a un vagón en San Lázaro para llevar a su hijo a la secundaria.
Esta es una de las líneas más concurridas pues tan sólo en sus terminales Pantitlán ingresan 48,297 pasajeros diarios y en Observatorio son 78,428 personas al día.
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En la Línea 2 más avanzada la mañana se redujo el número de usuarios. De unos 50 a 60 pasajeros por vagón, son entre uno y cuatro los que llevaron cubrebocas en los trenes con dirección a Cuatro Caminos.
Rogelio, de 34 años, es uno de los pocos que además toma el pasamanos del vagón con una servilleta, decidido a evitar en lo posible el riesgo de adquirir el COVID-19. Trabaja en un área administrativa del Gobierno de la Ciudad de México, prefirió no dar su nombre completo.
"En mi trabajo no nos han dejado aún hacer home office, entonces hay que tener cuidado. Por mí no me preocupo pero mi mujer acaba de tener a nuestro hijo, no tiene ni un mes y no quiero ser yo quien lleve el virus a mi casa", comentó.
En los vagones se puede ver a algunos pasajeros que viajan en pareja o con amigos que comparten gel con alcohol.
Otros portan cubrebocas pero sacan sus celulares y los llevan a cerca de sus oídos y bocas después de sujetarse de los pasamanos.
En los pasillos de transbordo y taquillas hay carteles informativos sobre las medidas para reducir el riesgo de contagio de coronavirus, que hasta el momento no tiene contagios locales sino importados, no solo en la capital sino en el país, de acuerdo con las autoridades federales.
Estefanía Silva Rodríguez tomó la Línea 12 para ir a su trabajo como vendedora en un centro comercial en la colonia Del Valle, en Benito Juárez.
"Va más vacío de lo normal (el Metro), yo creo que por que les adelantaron las vacaciones a los niños.
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"Donde trabajo no nos han dicho nada de que vayamos a cerrar, no creo que lo hagan. Nada más nos indicaron lavarnos las manos y aquí traigo mi gel porque como sea voy a tocar algo en el Metro, aunque sea sin darme cuenta", dijo la joven quien es una de la mayoría que viaja sin cubrebocas.
En contraste, en el trolebús del Corredor Cero Emisiones que atraviesa Eje Central no hay un sólo señalamiento ni en los parabuses ni en las unidades sobre el COVID-19. En un trolebús lleno cerca de las 13:00 horas destacan un par de pasajeros con cubrebocas.
Por la tarde, alrededor de las 14:00 horas, el Metrobús Línea 1 que corre sobre Avenida Insurgentes va a la mitad de su capacidad. También sin anuncios aún entre las estaciones Insurgentes y Felix Cuevas, son unos cuantos quienes llevan cubrebocas.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, indicó que este miércoles anunciará las medidas a tomar en los sistemas de transporte público de la ciudad para evitar el contagio en los espacios comunes.
La mandataria insistió en que la ciudad se encuentra preparada para enfrentar las siguientes fases de la epidemia y los contagios provienen de personas que viajaron al extranjero.
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"La ciudad tiene cerca de 9 millones de habitantes, 5 millones de población flotante todos los días y hoy, hasta el momento, son 21 casos, todos identificados y atendidos", explicó en un video subido a sus redes sociales.
"Todo a su tiempo. El anticiparnos a medidas drásticas también tiene un impacto en la economía familiar de millones de capitalinos. Tengan la certeza de que en el momento en que sean necesarias medidas más drásticas las voy a tomar, que estamos preparados para eso", insistió.
Mientras a la entrada del edificio de gobierno se repartía a funcionarios y visitantes gel con alcohol, incluyendo las manos de la mandataria capitalina.
En el Congreso de la capital se ha restringido el acceso a sólo los diputados y un asesor por legislador, mientras al pleno sólo pueden entrar un fotógrafo o camarógrafo por medio y los reporteros también sólo un representante por canal, medio digital o impreso- deben permanecer en la sala de prensa.
