Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Tras accidente en Chapultepec, ferieros de la CDMX padecen por falta de reglas

El accidente de la Feria de Chapultepec evidenció que las alcaldías no tienen un reglamento aplicable para todas las ferias itinerantes, por lo que los ferieros se ajustan a lo que pide cada alcaldía.
lun 28 octubre 2019 06:00 AM
juegos mecánicos
Las ferias itinerantes se instalan en colonias de la Ciudad de México solo por espacio de dos días.

Hace más de tres décadas, varios juegos mecánicos fueron instalados en la plaza Charles de Gaulle, en las inmediaciones del Metro Tacubaya de la Ciudad de México. El pasado 28 de septiembre, a cinco kilómetros de ahí, ocurrió un trágico accidente que puso en la mira a esa y otras ferias de la capital del país.

Dos jóvenes murieron en un juego de la emblemática Feria de Chapultepec . De acuerdo con el peritaje de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ), el siniestro ocurrió por la falta de mantenimiento en el aparato. Esto encendió las alertas en las alcaldías, que de inmediato ordenaron el cierre de algunas ferias establecidas –como la de Tacubaya y el Parque de los Venados– y pusieron candado a otras itinerantes.

Publicidad

"Queremos seguir trabajando en esta tradición de más de 100 años. Nuestros documentos están en regla, pero los supervisores llegan, no preguntan, no piden papeles y sólo clausuran”, denunció el pasado 10 de octubre un grupo de ferieros ante la Comisión de Protección Civil del Congreso capitalino.

A un mes del accidente en el parque de diversiones de Chapultepec, la situación para las ferias se ha ido restableciendo, con excepción de la de Tacubaya, que está a la espera de una segunda revisión para decidir qué juegos se quedan y en qué condiciones van a operar; y de la del Parque Álamos, que ni siquiera ha tenido la posibilidad de una negociación.

Conoce más: Falta de mantenimiento, causa de accidente en La Feria; PGJ ve homicidio culposo

“En las fiestas tradicionales, que es lo que nos atañe directamente a nosotros, se está empezando a trabajar de manera un poco más normal (...) pero aún hay compañeros que todavía están siendo afectados por esta situación”, dijo en entrevista Sergio Serrano, líder de una unión de ferieros y quien ha pasado sus 53 años de vida en este negocio.

Para Serrano, las restricciones que aplicaron algunas alcaldías –como la Benito Juárez y Miguel Hidalgo– a partir de la tragedia en Chapultepec no son una especie de castigo, sino algo necesario para reducir las deficiencias en la manera en que operan las ferias.

Además, considera que esta es una oportunidad para lograr, junto con el gobierno de la Ciudad de México, una reglamentación adecuada tanto para los usuarios como para quienes prestan el servicio.

Publicidad

“El accidente en Chapultepec fue el detonante para ver las deficiencias en el sistema de cómo se estaba realizando el trabajo. Sí nos afectó la manera en que se aplicó la norma en los primeros días, pero también entendemos que la situación fue muy difícil y (las autoridades) quisieron revisar todo antes de correr cualquier tipo de riesgo”.

juegos mecánicos
Entre los requisitos que los ferieros deben cumplir está contar con planta de luz, extintores, botiquín de primeros auxilios y el visto bueno de un ingeniero en instalaciones.

Las negociaciones y los lineamientos

Aunque las negociaciones en la Comisión de Gestión de Riesgos y Protección Civil del Congreso de la Ciudad de México han avanzado, hay lineamientos que no son viables para las ferias itinerantes, expuso Sergio Serrano.

“Nosotros, en las fiestas de las colonias y barrios de la Ciudad, no podemos cumplir con los lineamientos que están diseñados para un parque establecido tan solo por la cuestión de los tiempos; por ejemplo, una revisión de Protección Civil debe hacerse con días de anticipación, y en nuestro caso trabajamos únicamente los fines de semana, o a veces es solo un día, por lo que no podríamos cumplir con el requisito de la revisión previa (es decir, tendría que hacerse el mismo día en que empiecen a funcionar los juegos)”, explicó.

Recomendamos: La Feria de Chapultepec va a licitación internacional tras accidente

Otro punto que los ferieros consideran inviable es el requisito de presentar un programa de protección civil bajo la figura del ”tercer acreditado”, cuya función es hacer revisiones, dar orientación y elaborar un plan de contingencias, y para lo cual tendrían que contratar a empresas, pero “de por si los costos para hacer los trámites normales en las alcaldías ya son muy altos”, indicó.

De acuerdo con testimonios de dueños de juegos mecánicos, el costo de ese plan de emergencia –que es una carpeta que contiene por escrito “cursos” de primeros auxilios– va de los 8,000 a los 17,000 pesos; de aprobarse ese requisito, los ferieros estarían obligados a comprarlo para cada festividad, que casi siempre dura solo dos días.

Publicidad

En la actualidad, las alcaldías de la Ciudad de México no tienen un reglamento único aplicable para todas las ferias itinerantes, sino términos generales, por lo que a la hora de tramitar los permisos, los requisitos y costos varían en cada demarcación: las áreas pueden costar entre 1,000, 5,000 pesos o más, dependiendo la colonia, el número de juegos y si estos son chicos, medianos o grandes.

“Hay alcaldías donde nos controla el área de Mercados, en otras el área de Jurídico y Gobierno, en otras la de Comercio, en otras es Vía Pública y en otras Protección Civil (...) Hay alcaldías donde nos piden 10 o 12 requisitos documentales, y hay algunas donde solo nos piden seis; hay alcaldías donde nos pueden pedir hasta el acta de nacimiento, y otras donde nos piden solo lo que marca el Reglamento de Vía Pública y la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos”, detalló Sergio Serrano.

De entrada, para poder colocarse en calles y avenidas de la capital del país, los dueños de los juegos mecánicos deben presentar a las autoridades –en cada festividad– detalle del área que ocuparán, los aparatos y puestos que entrarán, pólizas de seguro y la firma de un perito responsable en instalaciones mecánicas.

Además, están obligados a contar con sus propias plantas de luz, extintores y botiquín de primeros auxilios por cada juego. Con base en todo esto, las alcaldías les dan el visto bueno.

Por la situación diversa que encuentran en las demarcaciones, Sergio Serrano confió en que las negociaciones con la Comisión de Gestión de Riesgos y Protección Civil del Congreso capitalino trasciendan a una regulación “más real y apegada” a lo que este tipo de ferias ofrece al público.

“Los diputados (locales) están mostrando empatía y sensibildad con nuestra situación (....) nos están dando la oportunidad de participar directamente en la revisión de ciertos puntos, porque no es solo que queramos que se nos deje trabajar, sino que el reglamento de protección civil quede de tal manera que lo podamos cumplir; sabemos que lo primordial es la seguridad de la gente, y estamos en la disposición de que haya reglas y de acatarlas”, expresó.

“Un gusto heredado”

El negocio de las ferias, como el de muchos comercios ambulantes del país, depende hasta del clima. Los ingresos de quienes trabajan en ellas varían en cada festividad; por eso, cada día que sus juegos y puestos están cerrados, es un día de trabajo perdido.

Desde el trágico accidente en la Feria de Chapultepec, las autoridades ordenaron el cierre total de cinco ferias establecidas y de al menos dos itinerantes, así como la suspensión de algunos juegos grandes en otros festejos.

“Aquí el problema es que en cada feria, por muy pequeña que sea, se afecta a un número importante de familias. No es solo el dueño del juego, son los empleados (si los tienen), los proveedores que llevan las mercancías a los puestos y hasta la gente que de alguna manera vive de las ferias, como quienes les llevan alimentos”, dijo Serrano.

Los ferieros, igual que otros comerciantes, tienen jornadas de trabajo de hasta 18 horas seguidas –sin contar el tiempo que les lleva hacer los trámites o armar los juegos–, y se enfrentan a la inseguridad de algunas colonias, pero no desisten en continuar con lo que ellos consideran "un gusto hereditario".

La feria es un negocio familiar; la mayoría somos la segunda o tercera generación. Nosotros llevamos en la feria toda la vida. Es un gusto hereditario.
Sergio Serrano

Sergio Serrano consideró que, por la situación de inseguridad y violencia que vive el país, las ferias juegan un papel importante en el ámbito social, pues "es uno de los pocos lugares donde la gente asiste contenta".

MGID Recomienda

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

Publicidad